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Blogs Tareas pendientes por Maria C. Orellana

Carmena no nada nada

Maria C. Orellanael

 

Ahora que están tan de moda el pádel, la bici, el running y proliferan los gimnasios, casi me da vergüenza decir que el único deporte que practico es tenis durante una escueta hora los domingos por la mañana, lo que ya me parece un lujo asiático. Me encantaría hacer más, pero no tengo tiempo, trabajo demasiado y estoy cansada.

Como entre junio y septiembre hace demasiado calor para sufrir en la pista, cambio la raqueta por 50 largos de natación en una de las muchas piscinas cubiertas de las que los madrileños podemos disfrutar por el módico precio de cinco euros. La que está cerca de mi casa tiene además un estupendo jardín de césped para tomar el sol después de lo que me parece un ejercicio agotador.

Cuál no sería mi sorpresa cuando ayer un triste cartel en la puerta me comunica que las instalaciones estarán cerradas durante todo el mes de agosto. Cojo el coche y abandono Ciudad Lineal para buscar otra piscina, esta vez pruebo en el distrito de Hortaleza. Cerrada. Lo intento con otra que conozco en Chamartín. Cerrada también. Por fin encuentro un polideportivo de gestión privada que tiene sus puertas abiertas, una hora después de haber iniciado mi periplo por las instalaciones municipales. Aunque, ojo, me avisan que por las tardes no hay acceso público, es solo para las clases de pago. Aliviada, pago mi entrada y accedo al recinto.

Pero ¿por qué cerrar todas las instalaciones deportivas con piscina justo cuando aprieta el calor? Y no es una decisión solo de mi distrito: parece que nuestra alcaldesa Carmena no ve necesario el uso del polideportivo municipal para los madrileños que se quedan en agosto, porque no pueden o porque no quieren salir. Posiblemente a ella le basta con la mecedora y el gato para relajarse, dada su avanzada (y respetable) edad.

Y mientras finalmente nado, como no hay mucho más que hacer, me vienen a la cabeza algunas escenas de series norteamericanas, en las que los ciudadanos se acercan a sus representantes locales para exponer personalmente sus necesidades y éstos les atienden y ejercen su gestión a golpe de escucha. Porque se votan personas, no partidos. Qué envidia. ¿Llegará el día en que podamos votar para nuestras juntas municipales no tendencias políticas, sino personas que realicen propuestas prácticas de gestión (y las cumplan) con nuestros impuestos? Sobre el transporte público, la gestión del tráfico, la limpieza en las calles y paredes, la correcta poda de árboles, la sostenibilidad de la ciudad… y sí, también, el calendario de apertura de las instalaciones deportivas.

 

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