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Blogs Tareas pendientes por Maria C. Orellana

¿Techo de cristal o de hormigón?

Maria C. Orellanael

 

Hace tres años llamé a mi madre para contarle cambiaba de puesto. Además de las nuevas responsabilidades, le comenté que por primera vez en mi vida laboral iba a tener como superior a una mujer. Tras darme la enhorabuena, mi madre sólo objetó lo de la jefa: “ellas son peores” me dijo dejándome tan sorprendida como indignada.

Debo explicar que mi madre trabajó al licenciarse en la facultad de químicas a principios de los sesenta, dando clase en un colegio. Esto fue durante muy pocos años porque lamentablemente el director la despidió cuando le comunicó su embarazo. Y mi madre sabe que tanto mi hermana como yo hace tiempo que tenemos puestos de management, es decir, dirigimos equipos de personas con responsabilidades directivas cada una en nuestro ámbito de actividad.

Si incluso con un background como el que he relatado, las mujeres piensan que el sexo femenino no es apto para ejercer de jefe ¿cómo podemos aspirar a dirigir las empresas y los gobiernos en un futuro de auténtica igualdad de oportunidades?

Recomiendo leer el artículo  “No quiero trabajar para una mujer jefe” que Anju Jain, directora de RRHH en Caterpillar, publicó hace unos días en Linkedin. Explica por qué las mujeres, en caso de poder elegir, prefieren trabajar para hombres, incluso cuando nunca han tenido una jefa en toda su vida laboral:

Todavía las mujeres vemos a los hombres como los líderes naturales, por lo que les consideramos más capaces de dirigirnos

Pensamos que un hombre nos promocionará con mayor probabilidad que una mujer, porque ella estará más insegura sobre nuestro buen rendimiento o se verá más amenazada.

Los hombres están mejor conectados en la empresa, y todos necesitamos esas buenas conexiones de nuestro mánager.

Nos preocupa el estilo directivo más emocional de las mujeres; preferimos evitar esa mochila y realmente enfocarnos en nuestro trabajo.

Se habla a menudo del “techo de cristal”, esa barrera invisible a la que se ven expuestas las mujeres cualificadas, que les impide alcanzar los niveles jerárquicos superiores en los negocios independientemente de sus logros y méritos. Y sí, este techo incluye (sobre todo) los propios sesgos.

Si ya puede resultar difícil convencer a los hombres (que tradicionalmente han venido ejerciendo el liderazgo en las empresas) de que nosotras podemos ser unas directivas tan competentes como ellos ¿cómo lidiar también contra los prejuicios entre nuestro mismo sexo?

 

Puedes seguirme en twitter @mariac_orellana o en linkedin https://es.linkedin.com/in/conchaorellana

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