La decisión de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, de adelantar las elecciones autonómicas a marzo ha desatado el pánico en ciertos sectores del PP andaluz.
Algunos dirigentes vaticinan un descalabro y el fin de la aventura andaluza de Juan Manuel Moreno. Pero el candidato ungido por Rajoy, en contra de parte de la dirección nacional y de varios presidentes provinciales, esgrime unas encuestas internas para asegurar a todo el que quiera escucharle que está a solo punto y medio del PSOE. Si así fuera, consolidaría su liderazgo y se convertiría en un serio aspirante a conquistar, por primera vez, el poder andaluz. Pero yo esa encuesta, sinceramente, no me la creo.
La realidad no es tan negra, o eso parece, ni tan optimista. Es cierto que Moreno no ha conseguido unir al partido, que muchos están esperando que tropiece para sacar pecho, y que muchos votantes del PP se están pensando si votar a Ciudadanos antes que a un candidato que no es muy conocido.
Hoy el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le va a echar un capote en un desayuno en Madrid, al presentarlo en una conferencia. Al fin y al cabo él lo puso en el cargo y él también se juega mucho si el PP se hunde en Andalucía.
España Paloma Cervillael