¿Quién dijo que Mariano Rajoy era un inmovilista? ¿Que no estaba haciendo nada por volver a ser presidente del Gobierno? ¿Qué es un indolente y le iban a robar la cartera del poder sin que se diera cuenta? Pues mientras esto pasaba en España, el gallego, con el valor de la experiencia política que no tienen este par de adolescentes que se quieren repartir España para romperla y hundirla, estaba maquinando el “sorpasso” más grande que se conoce en la historia política de este país de los últimos años. Una jugada que puede ser muy brillante o certificar su retiro político, pero si ése se produce, será con dignidad y respeto a los más de siete millones de españoles que le han votado.
Si alguien se pensaba que Rajoy se iba a dejar vapulear y humillar en una sesión de investidura para perderla, estaba muy equivocado. El astuto Rajoy, que debe tener mucha más información de lo que está pasando o puede pasar en el PSOE (para mí que ha hablado con González, Rubalcaba y alguno más) ha hecho un calculado movimiento estratégico y ha dejado a Pedro Sánchez, como se dice vulgarmente, con el “culete al aire”.
Venga machote, le ha venido a decir Rajoy a Pedro Sánchez, es tu momento. ¿Tú no tienes un pacto cerrado con Podemos, IU, PNV, y el sí o la abstención de los separatistas de ERC y de Mas, pues venga, da un paso adelante y preséntalo a la aprobación del Comité Federal del PSOE del próximo día 30. Y a ver qué pasa.
Pedro Sánchez y el PSOE, al que Pablo Iglesias humilló (como bien aseguró Rubalcaba en su cuenta de Twitter) haciéndole el Gobierno, con él como vicepresidente, y perdonándole la vida diciendo que será presidente por uno de esos golpes de suerte del destino, tienen ahora la pelota en su tejado. El juego de adolescentes de Sánchez e Iglesias se ha terminado. Ahora, a hacer política de verdad.
¿Y qué puede pasar ahora? Que Susana Díaz y otros barones del PSOE no acepten la trágala. Que le digan a Pedro Sánchez que a dónde va con este disparate que va a terminar por hundir el partido y le obliguen a dar un paso atrás o a que se someta a una investidura que puede perder, y se vaya definitivamente a su casa.
Y mientras, Rajoy sentado viendo cómo el PSOE se destroza internamente, cómo Pedro Sánchez se quema en su propia hoguera. Entonces llegará su momento y se presentará a una segunda sesión de investidura y con la abstención de Ciudadanos y de un PSOE sin Sánchez , ser presidente del Gobierno sin humillaciones.
Que es una apuesta arriesgada no cabe la menor duda, que le puede salir mal, por supuesto. Pero por lo menos ha mantenido la dignidad de los que lo votaron, que no tienen por qué ver cómo se ríen de ellos mientras otros se reparten el poder en sus narices de una forma tan chulesca.
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