El Partido Popular inicia hoy una Conferencia Política que, no nos dejemos engañar, es más una puesta en escena, un lavado de cara y la presentación de una nueva imagen, que un debate de ideas. Los populares son conscientes de que la renovación profunda de algunos puntos de su ideario: como la celebración de primarias, no puede salir de dos días de cónclave en el que la autoestima y la moral de los dirigentes está por los suelos.
El PP solo trata de dar el primer paso, de alentar a esa masa de dirigentes que se han quedado a las puertas de gobernar, pero que han sido desalojados por un frente popular de izquierdas que, a la larga, puede traer réditos electorales al PP. La tarea de devolver la ilusión al electorado es un trabajo más profundo y que, aunque sea injusto, pasa por la sustitución de Mariano Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales.
Pero como eso es imposible, en el PP se han empeñado en apretar filas en intentar luchar por conseguir al menos 150 diputados que les permitan partir desde una posición de fuerza para formar gobierno. Lo demás es una tarea imposible. La mayoría absoluta se da por perdida.
La Conferencia Política servirá para presentar en sociedad a la nueva hornada de dirigentes jóvenes: Pablo Casado, Javier Maroto, Fernando Martínez Maíllo y Andrea Levy, a los que se les ha encomendado el ingente trabajo de contrarrestar la frescura que transmiten por televisión los Albert Rivera, Alberto Garzón y Pablo Iglesias.
Dicen que Rajoy podría hacer mañana algunos anuncios importantes en materia económica en su discurso de clausura. Conociendo al presidente puede hacerlo, pero también no. Si no lo hace, habrá cometido otro error.
Hoy ya se han producido anuncios importantes, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, abrió este cónclave apuntando al protagonismo de los militantes en la vida del partido: “Nos debemos a nuestros militantes y afiliados, que deben ser también protagonistas en primera persona del futuro del partido. Y todos los populares, cuando digo todos, quiero decir todos, tenemos que ser protagonistas de forma directa por ejemplo a la hora de elegir a los presidentes provinciales, a los presidentes regionales o a nuestro presidente nacional”.
También se refirió a la limitación de mandatos y al régimen de incompatibilidades de los cargos orgánicos.
La secretaria general ya lideró la regeneración política durante su etapa al frente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, reduciendo el número de diputados y eliminando organismos públicos para evitar duplicidades. Ahora tiene la oportunidad de hacer lo mismo en su partido, superar un viejo estilo que ya no cala en la sociedad.
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España Paloma Cervilla Garzónel