"Nosotros ya hemos tenido nuestro minuto de gloria, el siguiente, el de los presupuestos, será de Josu Erkoreka (portavoz del PNV en el Congreso)". Así resumía un diputado catalán el papel que CiU y PNV están jugando o van a jugar para decidir el futuro de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno.
El minuto de gloria de CiU lo protagonizó su portavoz Josep Antoni Duran i Lleida el pasado día 27 de mayo en el Congreso, cuando evitó la caída de Zapatero al abstenerse en la convalidación del decreto ley que aprobaba el mayor recorte social de la democracia. Pero el salvavidas al presidente vino acompañado de su sentencia de muerte, al advertirle que no le apoyará en diciembre sus presupuestos para 2011, y que cuando haga lo que ha deshecho se vaya porque su etapa como presidente del Gobierno "está finiquitada".
La pelota está en el tejado de los nacionalistas vascos, sin cuyo apoyo parlamentario no podrá sacar adelante los presupuestos. Y si no consigue conquistar a los chicos de Urkullu, Zapatero tendrá que irse. Sin presupuestos, abandonado por la izquierda, por sus aliados nacionalistas y enfrentado a los sindicatos y a la calle, el presidente no tendrá más remedio que adelantar las elecciones, como apuntan los catalanes, y hacerlas coincidir con las municipales.
El presidente es ya rehén de los nacionalistas. Los catalanes firmaron su sentencia de muerte, y los vascos pueden darle la puntilla.
España Paloma Cervillael