La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha acertado hoy en su valoración del lamentable debate que ayer protagonizaron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder socialista, Pedro Sánchez. A su juicio, lo que vimos ayer fue un “ejercicio de macarrismo político a la desesperada” por parte del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno.
A Pedro Sánchez solo le quedaba una bala en la recámara para intentar frenar la caída del PSOE en las encuestas y dar un golpe de autoridad para hacer ver a sus compañeros del PSOE que todavía es digno de llevar las riendas de su partido. Eso solo podía conseguirlo con una estrategia de acoso y derribo feroz contra Rajoy, y el momento era el debate. No desaprovechó esa única oportunidad, aún a costa de presentarse como un dirigente malencarado, excesivamente nervioso y que sorprendió por su dureza a un Mariano Rajoy que no quiso entrar al trapo.
Quizás Sánchez ha conseguido su objetivo, ya que su actitud ha merecido el apoyo de un sector de su partido; pero ha quedado como un dirigente de tan bajo nivel que a falta de propuestas sólidas utilizó la descalificación como única arma política. La acusación de “indecente” a Rajoy le perseguirá durante toda su carrera política. Como me decía esta mañana un dirigente popular, “hasta hay que comprenderlo. Se jugaba el todo, o la nada”.
Sánchez se aferró a la corrupción como a un clavo ardiendo para desarbolar al presidente. Es cierto que esta materia es indefendible y que los casos que han afectado al Partido Popular abochornan a todos. Pero no es menos cierto que Sánchez tiene en Andalucía, en el caso de los ERE, uno de los mayores escándalos de la democracia, y que no está para dar lecciones a nadie. Creo que Rajoy tendría que haber entrado a este trapo y recordar cómo se ha repartido el dinero de los parados entre algunos dirigentes socialistas. Y por supuesto mencionar el escándalo de las subvenciones a los cursos de formación. Pero no lo hizo.
Seguir a Paloma Cervilla en Twitter
Otras entradas relacionadas:
Jorge Moragas y el “milagro” Rajoy
Albert Rivera, te estás equivocando
España Paloma Cervillael