Cuando el otro día escribía la entrada de mi blog titulada “Rivera recupera la cordura” admito que lo hacía con cierto resquemor. No tenía ninguna fe en que Albert Rivera reconsiderara su errática estrategia de campaña, que le ha llevado a perder ocho escaños en la segunda vuelta de las elecciones generales del 26 de junio. Pero ese gesto de decir que iba a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy auguraba una cierta vuelta a la cordura.
Pero mis presagios se han confirmado. Desde aquella acertada decisión, Rivera no ha hecho más que dar palos de ciego, con una excepción, el apoyo a Ana Pastor para que saliera elegida presidente del Congreso. No hay nada más que leer la prensa de hoy para darse cuenta de que Rivera va de error en error. Los medios de comunicación se ceban con Ciudadanos por sus declaraciones contradictorias y por la tomadura de pelo que suponen para los ciudadanos.
Solo dos ejemplos de la inmadurez política de este partido y de sus dirigentes, que a mí me ha sorprendido por dilapidar en tan poco tiempo el caudal de simpatía que había atesorado.
El primer ejemplo es la pataleta que le ha entrado con el origen de los “diez votos fantasmas” que respaldaron a Ana Pastor para ser presidenta del Congreso y que, a pesar que el PP lo ha negado, podrían ser consecuencia de un pacto con los nacionalistas catalanes y vascos . A ello habría que sumar la posibilidad de que el PP cediera escaños para que los catalanes de CDC puedan tener grupo propio.
Ciudadanos ha entrado en cólera y ha asegurado que reconsiderará su abstención a la investidura de Rajoy sí este pacto se produce. Qué curioso, hace pocos meses, cuando el PSOE cedió senadores para que los nacionalistas catalanes tuvieran grupo propio en el Senado, no dijo ni pío. Y aún más, firmó un pacto con el PSOE, que, como se ha visto, le ha pasado factura. Incomprensible esta actitud.
El segundo ejemplo son las absurdas declaraciones de Juan Carlos Girauta a vueltas otra vez con Rajoy sí y Rajoy no, como si este veto no le hubiera costado ya caro. Pues el colmo de todos los colmos es hacer unas declaraciones en las que se dice lo mismo y lo contrario. Primero dice que si Rajoy no es el candidato Ciudadanos votará sí al PP en la investidura, y segundos después dice que no vetan a nadie. Si alguien puede explicármelo lo agradecería.
Todo esto me lleva a pensar que Ciudadanos se está inmolando poco a poco en la piara de la política. Ya me lo confirmó el otro día una amiga, votante de Ciudadanos: “Yo esto ya no lo aguanto más, como haya terceras elecciones, yo ya voto al PP“. Pues eso.
Seguir a Paloma Cervilla en Twitter
Otras entradas relacionadas:
Rajoy no tiene nada claro poder gobernar
Rivera dice sí a la eficaz Ana Pastor, a cambio de un sillón
¿Y si Rivera entra en el cambalache de sillones? Otro sapo a tragar
Rivera empieza a recuperar la cordura
Sánchez, ¿de verdad quieres unas terceras elecciones?
Albert Rivera puede terminar como Rosa Díez.
Rajoy baja el telón de la política espectáculo
Rajoy camino de la mayoría absoluta
Rajoy devuelve a los suyos el orgullo de ser del PP
Rajoy acertó y Rivera no entendió nada
Un voto para frenar a la izquierda radical
España Paloma Cervillael