Las consecuencias que tendrá en el PP andaluz el triunfo de Pablo Casado no serán inmediatas, sería un error, pero sí a medio y a largo plazo. El apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría, claro y contundente, de Javier Arenas, Juanma Moreno, Antonio Sanz y Elías Bendodo, así como de la corte de dirigentes que se dejaron embaucar por los cantos de sirenas de este grupo, (“nos han engañado“, “lo mío no tiene nombre”, se lamentaban algunos), no va a quedar en el olvido.
Casado ya ha empezado a hacer gestos, y el primero no puede ser más contundente. El sábado, una semana después de su triunfo, desembarca en Córdoba para presidir una Junta Directiva Regional, como adelanté ayer desde mi cuenta en Twitter.
El nuevo presidente del PP ha elegido la provincia que más le ha apoyado en su carrera triunfal a la sucesión de Rajoy, en detrimento de Sevilla. Una seria advertencia a Juanma Moreno y a la capital, cuya presidenta, Virginia Pérez, ferviente defensora de Soraya Sáenz de Santamaría, tiene sumida a esta provincia en la división y el enfrentamiento. Y un respaldo a José Antonio Nieto, al que Juanma Moreno había puesto en la diana y que ahora emerge como el principal apoyo de Casado en Andalucía, junto con Juan Ignacio Zoido y Esperanza Oña.
En Andalucía no va a haber tregua. Como bien ha dicho Casado, Juanma Moreno será candidato en las elecciones andaluzas, que se podrían celebrar en otoño. Casado ha justificado su continuidad en que es una estructura que él ha heredado y ha advertido que tiene que mejorar los resultados. La duda era si cambiarlo ya o dejarlo morir en la urnas, y se ha optado por lo segundo. Si mejora los resultados, él mismo se habrá salvado.
Otra provincia en el punto de mira será Cádiz, donde su presidente provincial, Antonio Sanz ha sido el representante de la candidatura de Soraya y que ha trabajado a destajo contra Pablo Casado. Algunos dicen que ya le ha llegado la hora de la jubilación, sobretodo porque ya tiene sustituto, el alcalde de Vejer, José Ortiz, que dio la cara por Casado. La nueva dirección no se fía de él.
En Málaga también hay recambio: Esperanza Oña. La que fuera alcaldesa de Fuengirola, denostada por Javier Arenas, se mostró desde el primer momento como el mayor apoyo de Casado, frente al poder del presidente de la Diputación, Elías Bendodo, en el equipo de Soraya desde el primer momento.
A Casado, dicen, no le va a temblar el pulso, “conoce muy bien el partido y a la gente, más de lo que muchos se creen”.
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