Las chinitas en el zapato de España que va poniendo el comisario español de Competencia, Joaquín Almunia, cada vez que tiene que intervenir en algún asunto que afecta a su país empiezan a molestar, aún más si cabe, al Gobierno español.
Una de las últimas chinitas que ha pasado desapercibida ha sido su actitud durante la negociación de la Política Agrícola Común (PAC) que ha llevado a cabo el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, con notable éxito para España. Cañete ha conseguido gran parte de los objetivos al traerse para España unas ayudas directas de 47.000 millones de euros en el periodo 2014-2020. Sin embargo, podría haber sido mejor si el comisario Almunia hubiera ayudado un poquito más a España. Al ministro español no le han sentado nada bien las trabas que ha puesto Almunia, sobre todo en cuestiones que afectan a las cooperativas.
Este ha sido su penúltimo desplante a España. El último, todos los sabemos, es su intención de obligar al sector naval español a devolver ayudas por importe de más de dos mil millones. Desde el Gobierno se ha calificado esta situación de “surrealista”.
La actitud de Almunia sorprende más dentro que fuera de España, en Bruselas. Recientemente, en la presentación de la Marca España en Bruselas, el comisario español afeó la actitud del Gobierno español y le animó a estar más presente en las instituciones comunitarias. A algunos de los que asistimos a este acto nos chocaron las palabras de Almunia, pero los eurodiputados españoles no le dieron más importancia: “Siempre está igual”
España Paloma Cervilla Garzónel