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Blogs Notas del Espía Mayor por Javier Santamarta del Pozo

Ayuso, ¿el Cuarto Jinete del Apocalipsis?

Los Jinetes cabalgan sobre Madrid, por Ricardo Sánchez «Risconegro».
Javier Santamarta del Pozoel

Recordarán aquello de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: el de la Guerra, el del Hambre, el de la Peste, y… Y uno que se le pone, pero no se le reconoce. Estos días, a la sede del Espía Mayor no hacen más que llegar teletipos con peores noticias que cuando nuestra Armada se perdió dando la vuelta por Irlanda, o cuándo le informaron al bueno del Prudente que su hijo Carlos había fallecido de manera violenta. ¡Noticias sobre que Madrid está en peligro, españoles, acudid a salvarlo! Desde el bando de Andrés Torrejón, alcalde de Móstoles, no se había oído nada parecido. El mariscal Murat debía de estar de nuevo descerrajando a cañonazos, entre carga y carga de coraceros y mamelucos, al pueblo de Madrid. ¡Como poco! Si Madrid cae, España se tambalea. Nunca en nuestra historia moderna, desde el 23 F y Tejero en las Cortes y la Brunete, que no se sabía qué iba a hacer, la democracia española estuvo más en peligro. Y todo porque a la que pedían constantemente su dimisión, Isabel Díaz Ayuso, ha convocado elecciones. ¿No me creen?

Voy a transcribirles una selección de los telex y faxes llegados a mi morada estos días, y luego de leerlos no me dirán que no tengo motivos para no empacar todo para marchar a la base antártica Ruy de Clavijo, junto a los pingüinos. Más lejos no se puede huir.

Un periódico de referencia como El País, lanzaba una editorial que pondría los pelos de punta, si se entendiera: «Ante la propuesta anarcolibertaria y nacionalista del conglomerado Vox-Ayuso, vestida con ropajes mediáticos de corte trumpista, es deseable que el resto de partidos encarrilen la campaña en el terreno de los temas de real interés». Lo del nacionalismo en Madrid, una de las ciudades más abiertas por encima de los clichés y topicazos sobre sus soberbios y chulos habitantes (entiendo que se sorprendan en otros lugares, pero también en la Villa y Corte hay gilipuertas, como imagino que esos mismos), pues como que me ha gustado. Actualmente hay diputados nacionales en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional, que dicen abiertamente cosas como las que soltó la diputada Montse Bassa, de ERC, de que «la gobernabilidad de España me importa un comino». Porque ella va lo suyo. Pero el nacionalismo está en Madrid.

Y no sólo eso. Desde el edén de la pacífica Barcelona, su alcaldesa, Ada Colau, va más allá y denuncia con voz tonante de Casandra: «Las elecciones de Madrid son importantes también para el resto del país. Ayuso es peligrosa para la democracia». ¡Ojo cuidao! Que ya estamos hablando de que la democracia se puede ir al garete. ¿Y eso? Leamos el análisis de una intelectual: «Ante la perspectiva de que el fascismo acceda al gobierno de Madrid, ¿de verdad es tan difícil que el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos negocien una lista conjunta?», se pregunta azorada Almudena Grandes, como esas monjas que describía alegres en sus escritos, a punto de ser violadas por milicianos.

Los Jinetes, Guerra, Peste, Hambre… ¿nos falta uno? (obra de Willem Adolfs)

¡¡El fascismo, que viene el fascismo!! Nada menos. Veo la calle Toledo en su entrada a la Plaza Mayor, con la cartela de «No pasarán» de nuevo. La defensa de Madrid vuelve al imaginario. Hemingway estará a punto de llegar al hotel Florida de Callao, y Robert Cappa prepara su cámara. El pueblo por la calle ya va cantando: «Madrid ¡que bien resistes! / Madrid ¡que bien resistes! / mamita mía los bombardeos, los bombardeos / De las bombas se ríen / mamita mía los madrileños, los madrileños». 

Y lo ha avisado en su locución el sacrificado Pablo Iglesias, cuyo martirio personal le ha llevado a inmolarse del gobierno con tal de estar el primero en la Defensa de Madrid miliciana y partisana: «Madrid está en estos momentos ante un nuevo riesgo, que es un riesgo para Madrid pero también para España; que haya un Gobierno de la ultraderecha». No me queda claro cuál es o fue el antiguo riesgo, pero imagino que los tanques del general Varela entrando por la Ciudad Universitaria. El Vicepresidente que aún lo es, y diputado en el Congreso, escaño que no soltará hasta saber los resultados de las elecciones del 4 de mayo, en un acto de fe sobre sus posibilidades verdaderamente palmarias, acabó su alocución como fray Antonio avisando desde el púlpito del Arco de Cuchilleros sobre los franceses: «Hay que echar a Ayuso, vamos a salir a pelear con todo y vamos a pelear hasta el final. Que no nos digan a nosotros que hay cosas imposibles». ¡A las barricadas, a las barricadas, por el triunfo de la Confederación!

Ya dijo la directora de la Prensa del Régimen, Dina Bousselham, que «para ser demócrata hay que ser antifascista»Mireia Boya, ex diputada de la CUP, instó a recibir «a pedradas» a los dirigentes y candidatos de Vox que realizan mítines en Cataluña. Santiago Abascal es «fascismo» al que «hay que borrar no sólo de las instituciones, también de las calles». O sea, que pretenden que se haga lo mismo en Madrid, supongo. La prestigiosa intelectual Cristina Fallarás, escribe en el pasquín Público que se nos viene una «España de generales con hambre de fusilamiento, sembradas de fosas comunes y añoranzas de dictador enano. Díaz Ayuso pertenece a esa parte no pequeña del país que considera mejor ser fascista que luchadora por los derechos humanos». Joer, me estoy acoquinando, Mucho.

Sigue la pensadora denunciando que «a Díaz Ayuso le gusta estar en la banda de los fascistas. Y eso representa». La malvada Ayuso ha revelado «su idea de dictadorzuela. Solo hay que sumarle lo de su pertenencia al bando de los fascistas, proclamado por ella misma». Todo está dicho. ¡Para qué añadir nada más! El cuatro de mayo en las urnas nos jugamos la estabilidad de la Arcadia feliz representada por Pablo Iglesias y sus corifeos, o ver a los camisas negras desfilando por Madrid fusilando votantes de izquierdas. Está claro.

Tan claro, como que todo esto tampoco es Comunismo, señora Presidenta en funciones. No nos equivoquemos. Es populismo. Barato. Chabacano. Grosero. Y tengo también clara mi aversión hacia los extremistas y exaltadores de odio, que es lo que esa gente representa. No tenía claro ni el ir a votar. Me parece que empieza a ser una necesidad. Un cuarto Jinete del Apocalipsis cabalga por Madrid. Aunque no sea quien están vaticinando, ¿no creen?

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