Es un viejo sueño que parece alejarse cada vez más. La gran unificación, esa “teoría del todo” capaz de explicar la realidad, desde las partículas a las galaxias, en un único marco de referencia parece desvanecerse poco a poco a medida que los científicos siguen encontrando indicios de que por lo menos una de las constantes cosmológicas parece no ser, después de todo, tan constante.
En un artículo recién publicado en Science Advances, en efecto, investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sidney (Australia) explican que cuatro nuevas mediciones de la luz emitida por un distante cuásar a casi 13.000 millones de años luz de distancia confirman la existencia de pequeñas variaciones en la llamada “constante de estructura fina”, que sirve para medir la intensidad del electromagnetismo, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la Naturaleza. (Las otras tres son la gravedad y las dos fuerzas nucleares: fuerte y débil).
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Ciencia