Puede que muchos no lo sepan, pero Haumea es un planeta enano de nuestro propio Sistema Solar. Casi del tamaño de Plutón, este extraño mundo, descubierto en 2004, gira alrededor del Sol más allá de la órbita de Neptuno. Ahora, los astrónomos han descubierto una inquietante y enorme mancha roja que rompe su helada superficie. Una mancha compuesta por minerales y, muy probablemente, por materia orgánica.
Debido a la gran distancia a la que se encuentra de nosotros, Haumea suele aparecer en los telescopios como un pequeño punto brillante. Y precisamente así, a partir de las variaciones en su brillo durante su rotación, es como se ha descubierto la extraña anomalía que los científicos han reconstruído en el vídeo que encabeza estas líneas. Los datos indican que, en la luz visible, la mancha tiene un intenso color rojo, mientras que en el infrarrojo aparece en tonos azulados.
El hallazgo fue presentado ayer por el astrónomo Pedro Lacerda, de la Universidad de Queens, en Belfast, durante el Congreso Europeo de Ciencias Planetarias que se celebra en Postdam.
Lacerda cree que la mancha puede haberse formado como consecuencia de un impacto reciente. Uno lo suficientemente grande como para romper la espesa capa de hielo que cubre la rocosa superficie del planeta y mostrar lo que hay debajo, aunque tampoco se descarta que los materiales detectados procedan en realidad del impactor y no del propio Haumea, o que sean una mezcla de ambas cosas. Según Lacerda, las oscilaciones detectadas en el brillo de la mancha “no son las que se esperan ver en una superficie uniforme. Ahora realizaremos una epectroscopía completa de la mancha para determinar su composición química y resolver el misterio de su origen”.
Una de las interpretaciones más plausibles de estos datos es que la mancha sea extraordinariamente rica en minerales y componentes orgánicos, mezclados con el hielo que cubre la ovalada superficie del planeta.
Haumea se encuentra en la zona más externa del Sistema Solar, más allá de Neptuno, en el cinturón de Kuiper, una región rica en objetos de gran tamaño (entre cien y más de mil km de diámetro) de los que por ahora se han identificado cerca de ochocientos. Y Haumea es, precisamente, uno de los más grandes, el cuarto después de Eris, Plutón y Makemake, aunque se cree que puede haber objetos aún mayores.
Fue precisamente el descubrimiento de esos grandes objetos (tan grandes que merecen la denominación de planetas enanos) lo que hizo que Plutón perdiera su condición planetaria y fuera incluído en esa nueva categoría.
La rotación de Haumea es tan rápida (un día dura allí apenas 3,9 horas terrestres) que el planeta enano ni siquiera es esférico. De hecho, su forma es ovalada y sus dimensiones se han calculado en 2.000×1.600×1.000 km. La próxima tanda de observaciones se realizará a principios de 2010 utilizando el Very Large Telescope del Observatorio Europeo del Sur.