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La última batalla de la carrera espacial

José Manuel Nieves el

Hace casi exactamente cuarenta años, el 21 de julio de 1969, los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin terminaban de hacer su equipaje a bordo del módulo de aterrizaje del Apolo XI tras haberse convertido en los primeros seres humanos en pisar la Luna. Su misión había terminado y era hora de emprender el largo camino de regreso a casa. Sin embargo, a poca distancia de allí, una sonda soviética, la Luna 15, se estrellaba contra el rocoso suelo lunar en un último y desesperado intento de la Unión Soviética por ganar la loca carrera espacial que durante más de una década había enfrentado a las dos mayores potencias de la Tierra.

Ahora, cuatro décadas después, Gran Bretaña acaba de hacer pública una grabación que refleja fielmente todo lo que sucedió aquél fatídico día. Se trata de un archivo de audio, obtenido desde el observatorio de Jodrell Banks, en Manchester, desde donde los británicos monitorizaban entonces (a petición de sus aliados estadounidenses) toda la actividad que se producía en y alrededor de nuestro satélite. Una actividad muy intensa durante la última fase de la carrera espacial que terminó con el primer hombre en la Luna.

Las grabaciones, hechas por medio del Radiotelescopio Lovell, fueron realizadas durante tres días consecutivos, con la tripulación del Apolo XI en plena faena sobre la superficie lunar. En ellas se escuchan con toda claridad, tras los comentarios del propio sir Bernard Lovell, fundador del observatorio, las conversaciones de los astronautas.

Pero no solo eso. La voz de Lovel habla de un brusco cambio en la órbita del Luna 15. Un cambio que acercaba la sonda al lugar de aterrizaje de los astronautas norteamericanos con la clara intención de posarse allí y robarles parte del protagonismo. “Fuentes bien informadas de Moscú -asegura Lovell en la grabación- indican que la nave está a punto de aterrizar”. Sin embargo, la maniobra de aproximación se realizó a una velocidad excesivamente elevada, lo que al final supuso la pérdida de control de la nave y su posterior colisión contra la Luna.

El radiotelescopio británico fue ampliamente utilizado durante años para monitorizar los progresos espaciales de Moscú, especialmente después del exitoso lanzamiento del Sputnik. El instrumento se utilizó para rastreqar las sondas lunares lanzadas por los comunistas, incluída la Luna 15, que “casualmente” fue lanzada tres días antes que el Apolo XI.

Se trataba de un último y desesperado intento de ganar la carrera a los norteamericanos. La sonda soviética (no tripulada) habría tenido que posarse en la Luna, recoger muestras y traerlas de vuelta a la Tierra antes de que los astronautas de la NASA hicieran lo propio y se apuntaran el tanto. A pesar de haber salido con ventaja, la nave norteamericana llegó antes a la Luna y realizó un trabajo impecable. Cálculos posteriores sobre la trayectoria prevista de Luna 15 indican que, aún en el caso de no haberse estrellado y de haber llevado a cabo con éxito su misión, la sonda habría llegado a la Tierra después que sus rivales.

El episodio, cuyos detalles eran desconocidos hasta ahora por la mayoría, puede ser considerado como la última vuelta, in extremis, de una loca carrera hasta la Luna que se ganó, (o se perdió), por muy poco…

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José Manuel Nieves el

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