Se trata de una de las siete maravillas naturales del mundo. Y está en serio peligro de desaparición. Amenazada por el cambio climático y por la contaminación de las aguas, la Gran Barrera de Coral , tan grande (2.600 km) que se distingue con toda claridad desde el espacio, tiene sus días contados. Ahora, un grupo de científicos australianos acaba de anunciar un ambicioso proyecto: realizar un mapa genético que ayude a comprender, y a salvar, este entorno natural único de los peligros que lo amenazan.
Los investigadores de declaran dispuestos a desentrañar todos y cada uno de los secretos del coral Acropora millepora, uno de los principales habitantes del entorno y quizá la mayor de las atracciones para los turistas que visitan la zona. “Este mapa genético -asegura David Miller, de la James Cook University– tiene tanto una utilidad práctica como científica. Nos ayudará a comprender cómo los corales construyen los arrecifes, y por qué dejan de hacerlo cuando están sometidos a estrés”.
El proyecto, que constituye el primer intento de la ciencia australiana por obtener el genoma de un animal complejo, arrojará luz sobre las razones por las que la gran barrera ha dejado de crecer y establecerá si existe una relación directa entre el calentamiento del agua, la contaminación y el progresivo deterioro de esa maravilla natural. El pasado mes de enero, el gobierno australiano anunció una seria degradación de la barrera coralina, al parecer relacionada con la presencia de pesticidas y fertilizantes en el agua marina.
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