Un equipo de científicos de la Universidad de Warwick acaba de anunciar en Geophysical Research Letters un descubrimiento excepcional: una vez cada 25 años, la Tierra es golpeada por una gran súper tormenta solar lo suficientemente poderosa como para causar estragos el las redes eléctricas, los satélites, los sistemas de navegación aérea y telecomunicaciones y, en general, los equipos electrónicos. Según el nuevo estudio, otras tormentas menos potentes, aunque también peligrosas, ocurren mucho más a menudo, más o menos una vez cada tres años.
Las tormentas solares, o geomagnéticas, se producen como consecuencia de perturbaciones en el Sol que envían al espacio oleadas de partículas extremadamente energéticas. Cuando esas partículas golpean la magnetosfera, el “escudo” magnético de nuestro planeta, se produce la tormenta. Las partículas pueden proceder de varias fuentes: una eyección de masa coronal (CME), regiones de interacción co-giratorias (CIR), o agujeros coronales, que emiten una corriente de viento solar de alta velocidad, capaz de desplazarse el doble de rápido que el viento solar normal.
Hasta ahora, la mayor tormenta geomagnética de la que tenemos noticia tuvo lugar en 1859. Llamada “evento Carrington” por el científico que la estudió, provocó apagones y dejó fuera de servicio a numerosas estaciones de telégrafo en todo el mundo. Algunas de ellas se incendiaron de forma espontánea y se registraron auroras boreales en latitudes nunca vistas, entre ellas Madrid.
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