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Blogs Ciencia y Tecnología por José Manuel Nieves

¿Cuántas especies hay en la Tierra?

José Manuel Nieves el

A pesar de que la lista de las especies conocidas en nuestro mundo crece sin cesar, estamos aún muy lejos de responder a esa pregunta. Llevamos 250 años “etiquetando” especies y, a pesar de ello, apenas si conocemos una pequeña parte de las criaturas que comparten con nosotros el planeta. Ahora, los biólogos Fernando Carballo y Antonio Marques, de la universidad brasileña de Sao Paulo, han cuantificado el esfuerzo económico que supondría tratar de conocerlas a todas: 263.100 millones de dólares. Su estudio acaba de publicarse en Trends in Ecology and Evolution.

La Tierra está llena de vida. Por todas partes. Desde las profundidades abisales de los océanos a la cima del Everest, cientos de miles de especies diferentes pueblan cada rincón, cada agujero, cada ambiente, por inhóspito que pueda parecer. Así es desde hace miles de millones de años. Los seres humanos, a pesar de la inteligencia, de la tecnología, los descubrimientos y los avances científicos, no podemos evitar ser lo que somos: unos recién llegados.

Con nuestros cuatro (como máximo) millones de años de historia a cuestas acabamos, literalmente, de aterrizar en este mundo y, no nos hagamos ilusiones, sabemos aún bien poco sobre él. Numerosas formas de vida nos precedieron como dueñas de esta casa perdida en el espacio. Reinaron en ella durante periódos que multiplican por diez, por cien, nuestra presencia aquí. Y a pesar de eso desaparecieron sin dejar rastro y a veces, de repente.

Cuando nos llegue el turno, también desapareceremos. Otros, quizá, nos sucederán. Así ha sido desde hace 3.500 millones de años y así debería ser durante, por lo menos, otro periodo similar.

Dicen los científicos que desde que el mundo es mundo han existido en la Tierra unos 500 millones de especies diferentes. Y que todas ellas, excepto el escaso uno por ciento que podemos ver en la actualidad, se han ido extinguiendo a lo largo de la larga historia de la vida en nuestro planeta.

Cinco millones de especies, pues, (Las últimas estimaciones afinan esta cantidad hasta los 5.400.000 especies) es lo que actualmente nos queda aunque eso, como muchas otras «verdades» en este campo, es sólo un cálculo aproximado. Algunos sitúan el número total de las diferentes formas de vida por debajo de esa cifra, mientras que otros «disparan» hasta las varias decenas de millones.

Sea como fuere, la Ciencia ha descrito ya alrededor de 1.500.000 especies diferentes, de las cuales la mayoría corresponde a insectos, microorganismos y animales marinos. De todas ellas, sólo algo más de 200.000 describen alguna clase de vertebrado.

Lógicamente, el número de especies conocidas no se reparte de manera uniforme por la superficie del planeta. Conocemos muchas más en los lugares que dominamos, y muy pocas en aquellos que nos resultan más difícilmente accesibles.

Para empezar, las tres cuartas partes del mundo están cubiertas de agua, y bajo el mar es mucho más complicado investigar. Así que se cree que mientras conocemos ya las dos terceras partes de las criaturas terrestres, apenas si hemos descubierto el uno por ciento de las que viven bajo el agua.

Un porcentaje mínimo, que sin embargo se enriquece a un ritmo de unas 1.600 especies marinas “nuevas” cada año, casi todas pequeñas, pero también con criaturas de gran tamaño, como una ballena de doce metros de largo, varios tipos de calamares gigantes o incluso un tiburón de más de seis metros, todos ellos descubiertos durante la última década.

Para Carbayo y Marques, el mayor impedimento para identificar a todas esas criaturas desconocidas es la falta de taxonomistas cualificados, los biólogos especializados en identificar organismos y colocarlos en su sitiuo en el árbol de la vida. Más de la mitad de los que existen en todo el mundo se centran en los vertebrados, que apenas si dan cuenta de un triste 4% de todas las esecies existentes. Pero muy pocos se centran en clasificar insectos, a pesar de que se trata de uno de los gruos más numerosos.

Según sus cálculos, el mundo debería gastar la bonita cifra de 263.100 millones de dólares para que un ejército de taxonomistas terminara el recuento. Para llegar a esta cifra, los investigadores usaron el coste medio asociado a la descripción de una nueva especie en Brasil.

Eligieron esa cifra porque es precisamente en ese país, con una de las mayores tasas de biodiversidad del mundo, donde existe una de las comunidades más activas de “identificadores de especies” de todo el mundo. Y con unos salarios, además, muy cercanos a la media mundial.

Disponer de un catálogo completo de las formas de vida que hay en nuestro laneta nos ayudaría, por ejemplo, a medir con mucha más precisión los efectos del cambio climático y del impacto de las actividades humanas sobre la biodiversidad, algo que suscita acalorados debates y discusiones entre los científicos.

En un momento, además, en el que la tasa de desaparición de especies es tal que muchos creen que estamos inmersos en “la sexta ola” de extinciones masivas en nuestro planeta (a un ritmo que oscila, según las fuentes, entre las 10.000 y las 50.000 especies desaparecidas cada año).

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