Los autorretratos deforman el apéndice y llevan a muchas personas a someterse a operaciones de cirugía estética.
Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey, acaba de confirmar lo que muchos ya intuían: que los selfies tienen la virtud de distorsionar el tamaño de nuestra nariz. El estudio se acaba de publicar en JAMA Facial Plastic Surgery.
«Los jóvenes -afirma Boris Paskhover, del Departamento de Otorrinolaringología de la citada entidad- están haciéndose selfies continuamente para colgarlos en sus redes sociales. Y piensan que esas imágenes son realmente representativas de cómo se ven a sí mismos, lo que puede tener un impacto en su estado emocional».
Paskhover, en efecto, asegura que muchos de sus pacientes le muestran selfies como ejemplo de por qué quieren someterse a una cirugía que reduzca el tamaño de sus narices. De hecho, un informe de la Academia Norteamericana de Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva llega a decir que hasta el 55% de los cirujanos aseguran que las personas recurren a sus servicios en busca, precisamente, de procedimientos y «retoques» que puedan mejorar sus selfies.
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