Un premio para Obiang
La intención de la Unesco se ha tropezado con la oposición de intelectuales de Guinea Ecuatorial y de otros países y también con el rechazo de una treintena de organizaciones en defensa de los Derechos Humanos, que no entienden que se pueda dar a un premio el nombre de Teodoro Obiang Nguema, a quien califican de “déspota cruel y corrupto”, entre otras cosas.
Más valdría –dicen- que ese dinero fuera destinado a la educación y bienestar de los guineanos, quienes, a pesar de la riqueza que está generando el petróleo en ese país, no ven mejorar sustancialmente su nivel de vida, porque los beneficios van a parar al propio Obiang y sus familiares y amigos.
Mientras Francia ha expresado su “inquietud” por el proyecto, España le ha dicho al Gobierno guineano que no se preocupe, que esté tranquilo, porque no nos pronunciaremos en contra. El Ejecutivo de Zapatero no quiere abrir otro frente de polémica con Obiang, porque sabe que eso puede perjudicar los intereses de las empresas petrolíferas españolas con prospecciones allí, como Repsol.
Y ello, a pesar del cabreo, poco disimulado que el ministro Moratinos tiene con Obiang, porque esté no cumplió su compromiso de dejar acceder a observadores parlamentarios y periodistas españoles al ultimo proceso de elecciones presidenciales en la antigua colonia. Moratinos ha manifestado que Obiang le defraudó. Es lo menos que puede decir, después de la ofensiva de acercamiento que hizo a ese país, acompañado de diputados, senadores, empresarios y periodistas.
Guinea Ecuatorial