El 12 de junio de 1985 comenzaba aún mi andadura por los senderos de la información sobre polÃtica exterior, pero gracias a ello, tuve la fortuna de estar presente en un acto, sin duda histórico: la firma del Tratado de Adhesión de España a lo que entonces era la Comunidad Económica Europea. Estoy seguro de que todos los que nos encontrábamos allÃ, en aquel Salón de Columnas del Palacio Real, éramos conscientes de que vivÃamos un momento único, largamente ansiado por un paÃs que habÃa pasado mucho tiempo alejado de la construcción europea. Dentro de pocos dÃas, el 24 de este mes, algunos de los protagonistas de ese momento, lo recordarán en el mismo escenario.
Pocos podrán decir, sinceramente, que España hubiera estado mejor fuera de la Unión Europea. El crecimiento experimentado por nuestro paÃs en estos treinta años ha sido espectacular. El diferencial con nuestros socios europeos se ha reducido de manera sensible, aunque haya muchas cosas que mejorar todavÃa. Pero nuestra vida hubiera sido muy distinta alejados de Europa.
Más allá de los beneficios que España ha obtenido por su pertenencia al club europeo, al que muchos aspiran todavÃa a sumarse y del que nadie se ha ido nunca, por más que haya nubarrones de cuando en cuando, hay algo que Europa ha conseguido: que los principales partidos polÃticos españoles, los que han tenido responsabilidades de Gobierno, hayan mantenido una misma lÃnea de comportamiento, respecto a los asuntos europeos.
Europa ha estado alejada, afortunadamente, de los bandazos que, por desgracia, hemos sufrido en cuestiones tan sensibles como la educación, por ejemplo. España, con gobiernos del PP o del PSOE, se ha movido siempre dentro de los contornos fijados por la Unión Europea. Más allá de las declaraciones de lÃderes polÃticos sobre quien ha sido más o menos europeÃsta, lo cierto es que siempre se ha ido hacia adelante, sin deshacer lo que hicieron los anteriores.
Una prueba de ese consenso sobre las grandes lÃneas en materia europea es que los equipos que en el Ministerio de Asuntos Exteriores se han ocupado, a lo largo del tiempo, de los asuntos comunitarios se han mantenido básicamente con unos gobiernos o con otros. Gracias a ellos, se ha formado un sólido cuerpo de expertos en asuntos europeos y algunos de nuestros diplomáticos son conocidos en Bruselas por sus capacidades negociadoras.
Ojalá, los dirigentes de esos partidos emergentes que comienzan a tocar cotas de poder, sean conscientes del riesgo que para España supondrÃa adoptar actitudes populistas y alejadas de la realidad.Y obviamente no estoy pensando en Ciudadanos, sino en Podemos.
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