Con una absoluta discreción, el Ministerio de Asuntos Exteriores está realizando maniobras de contacto con el régimen castrista, después de que se resolviera el problema del traslado a España del dirigente de Nuevas Generaciones del PP en Madrid Ángel Carromero. Mientras este, con su solicitud de indulto se ha convertido en un molesto asunto para el ministro García-Margallo, que, además se tiene que enfrentar a las críticas de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, un director general del Ministerio se encuentra estos días en La Habana manteniendo conversaciones con autoridades cubanas.
Se trata de Pablo Gómez-Olea, director general para Iberoamérica, que formalmente tiene dos objetivos en su viaje: preparar la Cumbre Iberoamericana de Panamá (18 y 19 de octubre), como está haciendo con todos los países de la región e interesarse por la preparación de la reunión que habrá también en octubre en Bruselas entre la Unión Europea y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), cuya presidencia ostenta en estos momentos Cuba.
Con esa perspectiva, el viaje tendría un carácter técnico, pero a nadie se le escapa la relevancia política del mismo, que podría abrir el camino a otros contactos de mayor nivel. No es descartable, por otra parte, que García-Margallo se vea con su colega cubano, Bruno Rodríguez, en Nueva York, donde ambos estarán la próxima semana para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas.
García-Margallo y Rodríguez condujeron personalmente las negociaciones para alcanzar el acuerdo que permitió el regreso a España de Carromero. Se vieron, incluso, en Cádiz, durante la última Cumbre Iberoamericana. El ministro español está satisfecho de cómo se resolvió el asunto y teme que las declaraciones que ahora está haciendo Carromero retractándose de lo que firmó en La Habana sobre la forma en que se produjo el siniestro en que murieron Oswaldo Payá y Harold Cepero, pueda limitar su margen de maniobra para sacar a otros presos españoles de allí.
De todos modos, la relación hispano-cubana está en estos momentos en mínimos y en La Habana no parecen muy interesados en reactivarla. Por cierto, su embajador en Madrid, Alejandro González Galiano, deja su cargo a finales de este mes, y le sustituirá Eugenio Martínez.
Además, se acaban de cumplir diez años desde que el régimen se incautó del Centro Cultural de España en La Habana y no hay visos de que vaya a haber una devolución. Pese a todo, desde la Embajada española se siguen haciendo actividades relacionadas con el mundo de la Cultura y está previsto que este año, entre el 9 y el 19 de octubre, se celebren unas Jornadas Culturales, a las que asistirá la directora general de Relaciones Culturales del Ministerio de Asuntos Exteriores español, Itizar Taboada.
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