La comisaria europea de Interior, la sueca Cecilia Malmström realizará una visita a España el martes 3 de junio. De su agenda, sólo se sabe, por el momento, que mantendrá entrevistas con el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y con el de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo y, obviamente, el principal tema de conversación será la situación en las fronteras terrestres de España con Marruecos, en Ceuta y Melilla, que sufren cada vez de manera más intensa la presión migratoria.
Malmström protagonizó el pasado mes de febrero una agria polémica con las autoridades españolas por su airada petición e explicaciones y sus acusaciones a las Fuerzas de Seguridad, tras la tragedia del 6 de febrero en la que murieron 15 inmigrantes que intentaban llegar a nado a Ceuta desde Marruecos.
Desde entonces, los asaltos a la valla que separa Melilla de Marruecos no han cesado, son cada vez más masivos, la tensión en la zona es constante y el centro de inmigrantes de Melilla (CETI) se encuentra supersaturado. España se enfrenta a un serio problema, mientras Europa no termina de adoptar medidas que ayuden a los países del sur, especialmente el nuestro e Italia, a cumplir la tarea que tiene, por ser frontera exterior de la UE: evitar la llegada de inmigrantes de manera irregular.
Hace mes y medio los ministros de Exteriores de Francia, Italia, Grecia, Chipre, Malta, Portugal y España, aprobaron, en Alicante, una declaración en la que pedían a Bruselas “apoyo institucional y financiero para ayudar a los terceros países a devolver a los inmigrantes irregulares”. Además solicitaban un “refuerzo” del control de las fronteras externas a la Unión Europea y “una mayor participación de los Estados miembros” para abordar el problema.
El titular de Interior; Fernández Díaz, ya dijo hace unos días que espera que Malmström traiga en su visita “respuestas” a las demandas españolas y no sólo “buenas palabras”. La propia Comisión Europea posee los datos sobre la magnitud del problema, como revela su último Informe Anual de Migración y Asilo, según el cual, el número de personas que intenta entrar irregularmente en los países de la UE creció espectacularmente a lo largo de 2013. Además, de las 317.840 personas a las que se denegó la entrada, el 61 por ciento (193.882) fueron rechazadas por España.
Desconozco si en el programa de la visita de la comisaría de Interior figura desplazarse hasta Melilla para ver la situación sobre el terreno, como le han pedido el delegado del Gobierno y las asociaciones de Guardias Civiles. Si no es así, habrá perdido una gran oportunidad para hacerse cargo del problema y, durante el tiempo que le quede en el puesto, debería mostrarse más comedida en sus declaraciones.
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