

Por lo que respecta a España, el Gobierno arrastró los pies para reconocer más de facto que de iure el resultado de los comicios. Ni siquiera permitió que el Príncipe de Asturias acudiera a la toma de posesión de Lobo, rompiendo una tradición por la cual Don Felipe ha ido a todas las juras de los mandatarios iberoamericanos.
Lo más arriesgado que hizo el Ejecutivo fue invitar a Lobo a viajar a España para participar en la Cumbre UE-América Latina y Caribe del 17 al 19 de mayo en Madrid, y eso ha provocado la división entre los países que apoyan al nuevo presidente hondureño y los que aún le rechazan, fundamentalmente los bolivarianos de Hugo Chávez, más Argentina y Brasil.
El asunto puede perturbar la cumbre, que, por cierto va a coger a Honduras sin haber podido nombrar todavía embajador en Madrid. Su candidato inicia, Emin Abufele, se ha visto obligado a renunciar al cargo. La propuesta de Abufele, empresario de origen palestino, llegó a ser presentada a España, pero, poco después, comenzaron a conocerse algunos de sus antecedentes financieros poco edificables, entre ellos, al parecer, malversación de bienes ajenos y quiebra fraudulenta de un banco. Antes de que el Ejecutivo español le negara el plácet, Abufele presentó su renuncia al ministro hondureño de Exteriores, y honduras ha tenido que enviar de momento a un encargado de Negocios con poderes.
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