En la anterior entrada de este blog se llamaba la atención sobre la denuncia hecha, en sede parlamentaria, por el embajador español en parís, Ramón de Miguel, sobre el “nulo” interés de las autoridades de Francia por desarrollar las interconexiones energéticas con España. Al secretario de Estado galo de Asuntos Europeos, Harlem Désir, le cuesta creer que el embajador se pronunciara en esos términos, pero lo cierto es que lo hizo y los diputados españoles son testigo de ello.
No obstante, Désir, que ha hablado en el Foro de la Nueva Economía en Madrid, ha reconocido que las interconexiones en Europa son vitales, y ha tratado de tranquilizar a los españoles avanzando que el tema va a estar en el centro de los debates que se tengan en la próxima cumbre hispano-francesa, a primeros de diciembre.
Es una cuestión recurrente en las relaciones entre los dos países y un motivo de fricción que no debe ocultar la cantidad de cuestiones en las que hay una coincidencia de opiniones y de intereses entre Madrid y París.
En esta ocasión, el asunto que predominó en las preguntas que siguieron a la intervención del secretario de Estado, fue el del referéndum de Escocia y el triunfo de los partidarios de permanecer en el Reino Unido. Désir y su homólogo español, Iñigo Méndez de Vigo, que fue el encargado de presentarle, estuvieron de acuerdo en que el resultado de la consulta es una gran noticia para Europa. La fragmentación es lo menos deseable para una Europa que aún lucha por salir de la crisis económica y que se ve cada vez más amenazada por los peligros desde el exterior, en forma de terrorismo yihadista o de las pretensiones anexionistas de la Rusia de Vladimir Putin.
De ahí, que al Gobierno español, satisfecho con las autoridades francesas por el cambio radical dado en los años recientes en su actitud ante el terrorismo de ETA, no le queda más que agradecer que se repitan las manifestaciones de respaldo ante el desafío independentista de Artur Mas en Cataluña.
El secretario de Estado, en la línea de lo que dijera su primer ministro, Manuel Valls, subrayó que Francia necesita a su lado a una España “fuerte y unida”, porque ambos países -socios y vecinos-, tienen muchas políticas en común, y esa es la única manera de hacer frente a los grandes retos presentan.
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