¿Es todavÃa España antiestadounidense?
La Embajada estadounidense en Madrid ha organizado en la sede del IESE la Primera Convención del Programa de Liderazgo de Visitantes Internacionales de Estados Unidos. A la cita acudimos unos 140 españoles que, en algún momento de nuestra vida, participamos en los interesantes programas de intercambio que Estados Unidos puso en marcha desde 1940 dirigidos a profesionales de distintos sectores, con el fin de dar a conocer el país, sus instituciones, sus formas de vida… Sin embargo, quienes se han beneficiado de esos programas, cuidadosamente preparados, son muchos más en todo el mundo y entre ellos hay jefes de Estado o de Gobierno, ministros y numerosos líderes del sector público o del sector privado, de la política, del mundo de la empresa, de la comunicación, de la universidad y de otros campos.
En la reunión celebrada el pasado lunes en Madrid, en cuya preparación intervino también la Asociación de Antiguos Alumnos del programa, VIA Círculo Jefferson, que preside el abogado Vicente López-Ibor, se desarrollaron una serie de mesas redondas sobre distintos aspectos de las relaciones de España y Europa con Estados Unidos, con presencia del embajador, Alan D. Solomont, o de los secretarios de Estados de Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo; y de Comercio, Jaime García-Legaz, entre otros destacados ponentes.
En una de esas mesas, en la que participaban el secretario de Relaciones Internacionales del PP, José Ramón García Hernández, el secretario general de Aspen Institute en España, José María de Areilza; y el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, éste aseguró que España es el país europeo más antinorteamericano, afirmación que, parece haberse convertido ya en una frase hecha y que, sin embargo, resultaría difícil demostrar. Es cierto que esa predisposición hacia Estados Unidos puede derivar de hechos tan lejanos como la guerra de Cuba y que ha sido fomentada especialmente desde la izquierda española más radical, pero los tiempos han cambiado y muchos de los que fomentaban aquel sentimiento también modificaron su actitud hacia Estados Unidos.
Las marchas a Torrejón o las manifestaciones ante la embajada estadounidense en Madrid comenzaron a decaer cuando el Gobierno de Felipe González decidió apostar por mantener a España en la OTAN. El nuevo Convenio Defensivo entre España y Estados Unidos suscrito en 1988 rebajó sustancialmente la presencia de militares estadounidenses en nuestro país y ayudó a entrar en una época de mejor conocimiento mutuo.
La llegada de Aznar a La Moncloa propició un acercamiento aún mayor dada la sintonía personal que mantuvo con George Bush hijo, pero es obvio que la guerra de Irak resucitó los sentimientos antiestadounidenses de la población española, incluidos los del entonces líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, con su sentada al paso de la bandera de Estados Unidos.
Aún así y, pese a los años de desencuentro a nivel político vividos durante la mayor parte de la permanencia de Zapatero en el Gobierno, no creo que el antinorteamericanismo en España pueda situarse en los mismos niveles que se alcanzaron en la mayor parte del siglo XX. Veanse, por ejemplo, las escasas protestas que provocó el anuncio de que España acogerá cuatro buques estadounidenses en Rota, dentro del escudo antimisiles de la OTAN.
En uno de los últimos barómetros elaborados por el Real Instituto Elcano, se preguntaba a los encuestados cuáles eran sus sentimientos hacia una serie de países. Pues bien, después de Alemania, tradicionalmente el país mejor valorado por los españoles, Estados Unidos ocupaba el segundo lugar, con una valoración positiva de 6,2 sobre 10.
Por supuesto, no puede deducirse de ese dato que haya desaparecido el rechazo hacia lo estadounidense. Es obvio que muchas cosas del modelo de Estados Unidos o la actitud de algunos de sus gobernantes de vida pueden no gustar a los españoles, pero ello no implica un rechazo total hacia el país. Y programas como el de Liderazgo de Visitantes Internacionales han ayudado y siguen ayudando a que quienes tienen capacidad de influir en la sociedad conozcan mejor ese país.
Estados Unidos