El nuevo embajador de Marruecos en Madrid, Mohamed Fadel Benyaich, que presentó el miércoles sus cartas credenciales ante el Rey, es un gran amigo del Rey Mohamed VI. Se conocen desde la infancia, cuando acudÃan al mismo colegio, y Benayich ha formado parte del Gabinete del Monarca desde que este accedió al trono en 1999. En ese puesto le ha encargado distintas misiones, entre ellas los asuntos de España, de forma que al nuevo embajador el puesto le viene como anillo al dedo y su nombramiento se interpreta como un deseo de subrayar la buena relación que están manteniendo desde hace años Madrid y Rabat.
Fadel Benyaich, sin embargo, ha tenido que hacer una renuncia al incorporarse al puesto: abandonar su nacionalidad española, que ha tenido desde niño. Su madre, Carmen Millán, era granadina y se casó con su padre, cuando éste estudiaba Medicina en la Universidad de Granada. Luego, su padre serÃa médico de Hassan II y morirÃa asesinado durante el fracasado golpe de Estado de Sjirat en 1971, por lo que el monarca se ocuparÃa, desde entonces, cuidadosamente de él y de sus tres hermanos, como relata Ignacio Cembrero en una documentada información sobre la figura del nuevo embajador.
Benyaich, de 50 años, habrÃa podido ejercer el cargo, sin renunciar a su nacionalidad española. El Gobierno de Mariano Rajoy no tenÃa inconveniente, pero si Benyaich hubiera decidido mantenerla, no podrÃa acogerse a la inmunidad penal establecida en la Convención de Viena para los representantes diplomáticos en otro Estado. Si seguÃa siendo español, estarÃa sometido como cualquier otro ciudadano de nuestro paÃs a las leyes ordinarias, con el riesgo que ello implica en el que caso de que se presentara alguna denuncia contra él.
Asà pues, el embajador, que habÃa ido renovando su pasaporte de España con regularidad, ha decidido renunciar a la nacionalidad española, que podrá recuperar en el momento en que abandone el puesto.
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