Las empresas pagaron la Cumbre

El marasmo de casos de corrupción que vive este país ha ahogado una noticia que habla de buen uso de los recursos públicos. La Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz en noviembre pasado ha costado la mitad de lo que se había presupuestado: 2,6 millones de euros frente a los 4,9 millones que se había previsto gastar. Un coste que es la cuarta parte del que supuso la Cumbre Iberoamericana de Salamanca (cerca de 10 millones), que –con una jornada más de reuniones- tuvo lugar en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero. Era el año 2005 cuando el país vivía momentos de abundancia y no se paraba en gastos.

El ahorro, de 2,3 millones de euros con respecto a lo presupuestado ahora, ha sido posible porque se ha recurrido a la financiación privada. Un total de 35 empresas españolas han contribuido al desarrollo de la cumbre, aportando sus medios, sus conocimientos o, simplemente su dinero, después de firmar unos convenios claros sobre sus contribuciones.

Hay pues que felicitar por la gestión al Comité Organizador de la Cumbre, que dirigía la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y que tenía al frente de la Unidad de Apoyo a Andrés Costilludo, un veterano de los Servicios de Protocolo de Moncloa.

No es la primera vez que para desarrollar un evento público se acude al patrocinio privado. Ante el recorte sufrido por el Presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores, las embajadas españolas, por ejemplo, han recibido autorización, en los últimos años, para buscar la ayuda de distintas empresas a la hora de festejar el Día Nacional de España. Es algo, por cierto, que otros países venían haciendo con bastante éxito. Las Embajadas de Estados Unidos, de Alemania, de Francia o de Italia utilizan ese sistema para sufragar los gastos de sus recepciones.

Quizás lo nuevo sea que la contribución ha sido en esta ocasión muy numerosa. Desde SEAT y Wolswagen Audi-España, que ha puesto a disposición de los mandatarios y sus delegaciones un total de 115 vehículos (algunos traídos desde Alemania), lo que supuso un ahorro de unos 700.000 euros, hasta pequeñas empresas gaditanas que aportaron vinos de la zona para las comidas.

Otras empresas –algunas con aportaciones de entre 200.000 y 300.000 euros)- se ocuparon de acondicionar las instalaciones utilizadas (FCC y Acciona), de los transportes (Renfe y El Corte Inglés), del combustible para los automóviles (Cepsa), de la alimentación o de las bebidas (Mercadona, Coca-Cola) o del espectáculo musical con que se clausuró la cumbre (Fundación del Banco Santander). También hicieron aportaciones empresas como BBVA, Banco Popular, Repsol, OHL, Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Abertis, Elecnor, Airbus o ADIF.