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Blogs Loading... por Marisa Gallero

La teoría de la repetición

Marisa Galleroel

 

Desarrolla Enrique Vila-Matas una teoría de la repetición en su última novela «Mac y su contratiempo» (Seix Barral), que es una alegoría de nuestro presente. Ese «oscuro parásito de la repetición», que se oculta en los pliegues de la realidad, donde «se acometen, una y otra vez, de forma imperturbable, las mismas rutinas, siempre las mismas». La actualidad se ha contagiado de ese virus, incapaz de no volver, una y otra vez, sobre los mismos temas.

Mañana Mariano Rajoy volverá a comparecer ante la oposición por el caso Gürtel y los mensajes de Bárcenas, como insisten desde la cuenta del Congreso del PSOE: «La corrupción no prescribe». Como si no hubiera ido nunca. A pesar de criticar que «el formato» le beneficia y exigir que también comparezca en la Comisión de Investigación. La correa de Gürtel aprieta, pero no ahoga. Rajoy es capaz de ajustarse un agujero más del cinturón, antes de asumir ninguna responsabilidad, quizá pensando en quiénes eran los que verdaderamente se codeaban con Francisco Correa.

Mac es un modificador infatigable, todo le parece susceptible de ser alterado. Por el contrario, Rajoy no tiene esa vocación ni tampoco los que quieren echarle, incapaces de no atacar siempre con el mismo arma, cuyos efectos están neutralizados y en manos de los tribunales. ¿De verdad exigen responsabilidades políticas? ¿Para ello secuestran el Parlamento y se dedican a preguntar lo mismo reiteradamente? Recuerden, el presidente del Gobierno dio explicaciones en agosto de 2013, aunque no convenciera. Igual que ante la Audiencia Nacional. Es cada vez más, Rajoy y su contratiempo.

No es lo único. Si en junio arrancaba el tramabús y la moción de censura de Podemos, con la caída del otoño nos puede traer como hoja de ruta una nueva tentativa. El PSOE de Pedro Sánchez no la descarta, aunque aritméticamente no la vean viable. Pero ya se sabe, Pablo Iglesias necesita su dosis de wasabi y no va a dejar de presionar por conseguir lo que fue incapaz de negociar en su día.

Otro contratiempo, el más visceral, está marcado en el calendario con la fecha del 1 de octubre, que no deja de ser una repetición a marchas forzadas del 9-N. Y así podría continuar, hasta cansarles por reiterativa. Porque ya se sabe y recuerda Mac: «No hay nadie en el mundo que no se repita».

 

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