ABC
Suscríbete
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizMi ABCABC
Blogs Loading... por Marisa Gallero

Garzón y Gürtel

Marisa Galleroel

 

Gürtel nos lleva al pasado. A resucitar a Baltasar Garzón como juez antes de su inhabilitación, a la mastodóntica boda de la hija de José Mª Aznar, casada como si fuera una reina de España en El Escorial, donde muchos de los que hicieron el paseillo, se sientan en el banquillo de una red de tentáculos que se movía dentro del PP.

Nos vuelve a mostrar a Mariano Rajoy rodeado de su anterior cúpula. En primera línea Rita Barberá, Federico Trillo, Soraya Sáenz de Santamaría, Esperanza Aguirre, Javier Arenas, María Dolores de Cospedal, Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Mato, Francisco Camps y Ana Botella, entre muchos otros. Ese miércoles 11 de febrero de 2009, durante los doce minutos de rueda de prensa sin preguntas, pronunciará la frase que sobrevuela toda la causa. «Esto no es una trama del PP, es una trama contra el Partido Popular».

Según declaró en RNE fue él quién «decidió que Correa saliera de Génova». Era junio de 2004, tras escuchar en una reunión en su despacho el relato de cómo Francisco Correa estaba exigiendo, en nombre de la Tesorería la adjudicación de contratos para sus empresas a alcaldes madrileños populares.

En el primer día del juicio del caso Gürtel retrocedimos de nuevo a ese mes de febrero, mostrándonos una realidad en color sepia. A los tres días de la detención de Don Vito en su chalé de la lujosa y exclusiva urbanización de Sotogrande, aparece el titular que centrará la investigación: «Bárcenas cobró 1.000 millones de euros por adjudicaciones en la época de Cascos». La época de Cascos era cuando la mano derecha de Aznar ejercía como «general secretario», situando a su vez al hombre fuerte de las finanzas de Génova en plena diana.

Bárcenas llevaba tan solo siete meses en la tesorería heredada de la mano de Álvaro Lapuerta, nombrado por Rajoy en el Comité de Valencia donde sobrevivió a todos sus críticos. Desde el caso Naseiro, cuando el tesorero dio con sus huesos en los calabozos durante cinco días, sin contacto con el exterior, el partido decidió que ese cargo de confianza siempre tenía que ser para una persona aforada. Así que era también senador por Cantabria.

El 18 de marzo de 2009 Bárcenas le envía una carta a Garzón. Le explica que tiene noticias por los medios que pretende relacionarle con Gürtel a través de las siglas L.B. Indicándole que por su condición de aforado ese Juzgado central de instrucción le falta capacidad para investigarle, y si tiene conocimiento de algún delito remita las actuaciones al Tribunal Supremo. «Es un comportamiento gravemente irregular, que sería una causa de nulidad».

El fin de semana que estalla el caso, mientras Correa está en los calabozos de la Audiencia Nacional, Garzón está de montería entre las fincas Cabeza Pietra de Torres y Navaltoro, en Jaén, junto al ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. El propio Rajoy pidió «la comparecencia urgente del ministro de Justicia» y la recusación del juez. «Esto es un acto obsceno que hace un daño enorme a la independencia del poder judicial».

Ayer Garzón volvió a protagonizar sin toga un juicio. Tanto Joaquín Ruíz, abogado de Bárcenas, como Miguel Durán, de Pablo Crespo, pidieron la anulación de toda su instrucción por «falta de imparcialidad». Ambos curiosamente repitieron las palabras de Rajoy.

 

Actualidad Marisa Galleroel

Post más recientes