Escribo horrorizada. Después de casi 500 días se ha localizado el cuerpo de Diana Quer dentro de un pozo. Confesó su asesino después de saber que su mujer le había retirado la coartada. Pero también después de una denuncia de una chica de Boiro que narró cómo la metió a punta de cuchillo en el maletero de su Alpha Romero. No lo consiguió porque se resistió y gritó, no porque estuviera vigilado esa noche. Si era el principal sospechoso de la desaparición de Diana, ¿no debería haber tenido un mayor dispositivo de vigilancia? Se creía impune y volvió a actuar. Ese pozo oscuro hubiera sido más negro.
A Diana no sólo la asesinaron. También la juzgaron. A ella y a su familia. Diseccionadas hasta la náusea. La culpa era de ella. De volver de fiesta caminando de madrugada. De cómo se vestía. De ser una chica rebelde. No era la primera vez que faltaba. Contaron sus suspensos, sus amores, sus broncas familiares. Criticaron sus comentarios en redes sociales. Estuvo en el punto de mira el divorcio de sus padres. Lo calificaron como la guerra de los Rose. Se afirmó que volvió a su casa y se cambió de ropa, cuestionando que su madre no había escuchado nada. Me pongo en su piel y cuántas veces habrá lamentado no pasar a recogerla. Le envió un mensaje a las 1:21 preguntándole si iba a buscarla. Hubo hasta un testigo que declaró ver a Diana a las siete de la mañana, dando crédito a la teoría de una fuga organizada.
No. Diana no se fugó. Cometió el error de volver sola de noche de las fiestas de A Pobra Do Caramiñal. Ser un blanco fácil para un tipo con antecedentes de agresión sexual. El pozo de Diana Quer es el mismo en el que se precipitan tantas mujeres víctimas de la violencia machista. 48 mujeres asesinadas en el 2017. ¿Cuántas amordazadas? ¿Cuántas señaladas? Nunca conoceremos la estadística real de todas esas mujeres que no rompen el silencio. Ese pozo se convertirá en un abismo si no educamos en igualdad. Tenemos el reto por delante de concienciar a toda una sociedad. Diana no fue culpable de nada. Mi más sentido pésame a toda su familia.
Actualidad Marisa Galleroel