El origen de Vuitton fue realizar cajas para transportar muebles y productos entre varias localidades y países, especialmente utilizando los nuevos -y modernos para la época – trenes y transatlánticos. En pleno 2018, la casa francesa recibe un nuevo pedido del mundo del arte.
Se trata de un encargo realizado por el Rijksmuseum para la casa francesa, principalmente para comunicar a lo grande el traslado de su cuadro “La Lechera”, de Vermeer, y para atraer a un público japonés que aún está muy colgado de las grandes marcas de accesorios.
Louis Vuitton en realidad elabora pedidos para cualquiera que lo desee, si bien esto es una quimera pues se tarda un enorme número de meses/años en tener las piezas disponibles y los precios no suelen merecer la pena.
Pero Vuitton siempre se ofrece a elaborar piezas únicas que vayan a causar “ruido” mediático, tal y como es el caso, y este gigante baúl/estuche se dirige al Museo Real de Ueno, en Tokio.