Esto va por ELLAS.
“Vístete para el trabajo que quieras conseguir”.
Hace más de 400 años que en la corte francesa, si uno iba convenientemente pertrechado, con la ropa adecuada, se podía colar en ambientes palaciegos: mostrar una presencia similar a la de los miembros del “club” actuaba a modo de contraseña.
Cómo vestir en una entrevista depende mucho de los objetivos profesionales que tengamos, de la empresa y del puesto de la persona que nos entrevista. Debemos vestirnos para el rol para el que postulamos.
Estar preparada para el puesto que se ofrece y tener las capacidades, formación y experiencia requeridas, son evidentemente la clave. Mientras más información se tenga del lugar donde se va a trabajar, mejor. Pero una buena presencia ayuda.
1. Evitar extremismos en todos los sentidos, porque dependemos de la persona que nos verá, sus gustos personales y prejuicios. Por lo tanto quedan prohibidos los atuendos de colores extremos y las modas rabiosas de última hora.
2. No se trata de ir más guapa que nunca, sino más adecuada al puesto. Evita escotes pronunciados, minifaldas y transparencias.
3. Elige básicos que no fallan, como un traje sastre de pantalón en gris, azul oscuro o beige. Combínalo con una camisa blanca, gris o beige. Un traje indica seriedad y orden, cualidades que seguramente cuentan a tu favor. Para un puesto de directiva, es la mejor opción.
4. Otra alternativa más femenina, aunque quizás menos versátil, es llevar un vestido sencillo y un cárdigan. Es mejor evitar tejidos brillantes, volantes y florituras: necesitamos que el entrevistador se centre en nuestras capacidades y no se distraiga con faralaes.
5. Para asegurar un golpe de efecto chic, es indispensable añadir el “toque Maggi”: un brazalete elegante, un broche, un collar o un fular que combine bien. Elige. Un solo accesorio basta.
6. Aunque las bailarinas son una alternativa para las más altas, sigue siendo un código de seriedad al vestir llevar unos zapatos con algo de tacón.
7. Un bolso estructurado o un shopping bag de tamaño mediano son la alternativa perfecta. Los bolsos muy pequeños resultarían poco profesionales y los muy blandos, con flecos o tachuelas, demasiado marcados.
8. El maquillaje. Nada mejor que ir como solemos de modo habitual. Maquillaje natural, algo de máscara de pestañas, una manicura impecable y el pelo en su “sitio” son indispensables. Evitemos las barras de labios fuertes, al no ser que vayamos a entrevistarnos para un puesto de venta en una tienda como Prada, donde forma parte del look de los dependientes.
9. El Peinado. Debe ser sencillo: pelo suelto, una coleta baja o un chignon o moño bajo informal son suficientes. Nada de peinados recargados.
10. El perfume: es mejor evitarlo en una primera entrevista. Al entrevistador le puede recordar a su abuela, a su ex-mujer o a la insolente presidenta de su comunidad de vecinos. No conocemos las preferencias de la persona que vamos a tener enfrente, con lo cual el arte de la prudencia es la clave. Suerte y al toro.
CulturaOtros temas María Luisa Funesel