La exótica mezcla genética de los hijos del príncipe Joaquín de Dinamarca y su primera esposa, Alexandra Christina Manley, anticipaba un resultado atractivo. Por las venas de Alexandra corre sangre europea y china, algo que ahora ha resultado clave para el primer empleo de su hijo mayor, el príncipe Nikolai.
Nikolai, hasta hace poco un pequeño danés con preciosos ojos rasgados, ha desfilado para Burberry, una marca para la que el mercado chino es crucial y está en descenso, tras la apertura de un número excesivo de puntos de venta que ha llevado a la marca a una cierta sobreexposición.
El jóven príncipe Nikolai sería una excelente apuesta para la marca británica, que habría así contado con un royal europeo con origen chino.