Los otros restaurantes italianos de Nueva York

En una de las primeras salidas nocturnas tras dejar la Casa Blanca, Obama visitó hace un año Carbone, un restaurante italiano donde ya había acudido con anterioridad. Fue acompañado de Michelle y de Malia, su hija menor.

Pero a Carbone no le ha hecho falta esto para hacerse de oro, ya que desde hace años es parte de un grupo potente de restaurantes italianos. Mario Carbone, Rich Torrisi y Jeff Zalanick, establecieron su primer Carbone en el Greenwich Village y desde entonces no han dejado de vender platos típicos de la gastronomía familiar neoyorquina de origen italiano.

Las mejores albóndigas de la ciudad se supone que están en Polpette, un establecimiento de origen italiano que lleva un par de generaciones ofreciendo sus deliciosas recetas heredadas de la familia, si bien ha cambiado de nombre y localización.

Polpette, que quiere decir albóndigas en italiano, es propiedad de Nicky Mormando, que ya se ha hecho famoso por dar sus recetas en distintos programas de cocina de nivel.

La pasta en Polpette también es perfecta: son famosos sus Linguini Frutti di Mare y teniendo en cuenta que están en el Upper East Side, junto al Museo de Historia Natural y el Central Park, no son excesivamente caros.

En 1936, dos pasteleros abrieron en Milán Sant Ambroeus, no muy lejos del Teatro de La Scala.  Se trataba del nombre del santo patrón, Saint Ambrogio, pronunciado al estilo milanés.

Ahora, presentes ya en Nueva York con varios restaurantes – y en Palm Beach- , se han convertido en un clásico de la Gran Manzana, a donde llegaron en los años 80.

De la mañana a la noche, se puede disfrutar de Sant Ambroeus en el West Village, el Soho, el Upper East Side e incluso en Southampton.

Su pasta y su vitello tonnato son dos apuestas seguras presentadas en entornos cuidados que frecuentan personalidades del mundo del arte, la literatura y la moda.