Los Obama, tras dejar la Casa Blanca, no paran. En misiones turistícas o culturales, visitan lugares clave de la geografía estadounidense. La semana pasada se dejaron ver en un restaurante neoyorquino -a menudo frecuentado por personajes conocidos- , que ha subido enteros en popularidad. Se trata de “Upland”, el primer restaurante que montó el chef Justin Smillie en la Gran Manzana.
El otro día, fueron a comer allí Michelle y Barack Obama, acompañados del cantante y filántropo Bono, que es un amigo cercano de la pareja y probablemente tenga proyectos con ellos ahora que han salido de la Casa Blanca.
Ocuparon un salón privado y disfrutaron de comida californiana y platos al grill. No es la primera vez que se ve a los Obama en Upland, ya que hace un par de años, cuando estaba recién inaugurado, el matrimonio acudió acompañado de sus hijas, Malia y Sasha, a disfrutar de las famosas hamburguesas dobles con queso, lechuga, aguacate, pimiento y tomate.
Conforme salían del restaurante los Obama y Bono, todo el mundo se levantó y comenzó a aplaudir. Barack Obama saludo a su “público” con agrado y una enorme sonrisa.
Michelle Obama, había experimentado con su peinado: ahora que no es primera dama, se “ha soltado más la melena”.
Bono, irreconocible, lucía un frondoso tupé recién adquirido.
Upland, situado en la calle 26th, junto a Park Avenue South, es la obra de Justin Smillie, un chef que ha explorado las artes culinarias de su California natal, con muchos platos de horno, brasa y grill.
La hamburguesa, de 21 dólares, es tan famosa como el típico plato romano que sirve Smillie, Spaghetti Caccio e Pepe, una sencilla pero exquisita receta de la capital italiana que lleva un queso de la zona y un poco de pimienta negra.
Pero no han sido los únicos conocidos que han visitado Upland. Bill Clinton ha acudido varias veces, la última hace medio año. Jennifer Aniston, Oprah o Gigi Hadid también frecuentan el restaurante.
Además de ser un centro de comida californiana, Upland es un verdadero defensor de la comida a base de verduras y cuenta con muchas ensaladas, quiches y platos de pasta fresca. No faltan una excelente burrata ni costillas de cerdo ahumadas.
El restaurante es propiedad de Stephen Starr, quien reclutó a Justin Smillie tras sus exitos en Il Buco Alimentari y Vineria. Un lugar de comida estadounidense pero también con énfasis en los platos vegetarianos: todo muy políticamente correcto. Y Upland se hará de oro.
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