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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Los bolsos de Isabel II

María Luisa Funesel

El bolso de la Reina Isabel II de Inglaterra, curioso protagonista de la foto de su 90  aniversario

La casa Launer, es la proveedora de 200 bolsos en el guardarropa de Buckingham

“No pienso cambiarme”, contestó una enfadada Isabel II a la famosa fotógrafa Annie Leibovitz en marzo de 2007, cuando protagonizaba una sesión fotográfica posando con tiara, estola y vestido largo. Ya entonces, la Reina se negó a modificar su tocado y no dejó atrás su bolso de mano Launer. El documental de la BBC, “Un año con la Reina”, reflejó este enfado, que pasó a denominarse el “Tiaragate”.

Esta semana han visto la luz las nuevas fotos de la reina de Inglaterra por su 90 aniversario, realizadas de nuevo por Annie Leibowitz. Aunque la princesa Charlotte,  sentada en el regazo de su bisabuela, protagonizó la foto familiar, ha sido el bolso Launer de la monarca a manos de su bisnieta Mia Tindall, el centro de las miradas.

Los bolsos Launer, son una constante en el atuendo de Isabel II, tal y como lo son sus conjuntos monocolor, o sus colecciones de sombreros y guantes. Sea cual sea la ocasión y la fotografía, la reina siempre va acompañada de uno de sus 200 bolsos británicos Launer. Aunque protocolariamente el bolso solo es necesario cuando se está fuera de casa, la reina de Inglaterra no los deja, ya esté en su cuarto de estar recibiendo al primer ministro o leyendo el periódico.

En el reportaje de su 90 aniversario, el bolso de la reina fue a parar a manos de la pequeña Mia Tindall de 2 años, hija de Zara Philips, que no se separó de él en toda la sesión. La prensa británica ha especulado con que fuese la propia niña la que cogió el bolso “motu propio”, pero parece más bien que cuando le acercaron a la pequeña Charlotte, la reina tuvo que dejar a un lado su bolso, pasándoselo momentáneamente a la pequeña Mia, que estaba a su derecha; no olvidemos que es Mia la bisnieta a la que más frecuenta la Reina, siendo como es “la hija de la hija de su hija” y careciendo de título o residencia oficial propia.

Es así como el bolso Launer de asas largas de Isabel II ha protagonizado una foto crucial. Ni en el mejor de sus sueños, hubieran imaginado en Launer una campaña publicitaria mundial más efectiva. Esta casa britanica de 70 años de antiguedad, ha fabricado unos 200 bolsos para la reina Isabel II en sus talleres de Walsall, en West Midlands. Y Launer es, desde 1968, proveedor oficial de Su Majestad.

Los Launer se fabrican en una gran variedad de materiales, formas, colores y acabados, desde cuero hasta cocodrilo, tela o charol. Aunque los pedidos tardan un mínimo de dos semanas, cuando se trata de peticiones de la reina Isabel, se completan incluso en un plazo de dos días. Los precios de cada modelo varían entre los 800 y los 3000 euros y la Reina es aficionada al modelo Traviata en charol, de 23 cm de ancho, que lleva asas alargadas para facilitar las largas sesiones de saludos de la Monarca.

Según Launer “la reina suele encargar unos 5 bolsos por año, aunque en 2015 solo encargó dos y en 2016 aún no nos ha pedido ninguno”. Prudente y conservadora, Isabel II “recicla a menudo sus bolsos, pidiéndonos cambios de cierres y fornituras para darles un nuevo aire”. La reina visitó la fábrica de Launer en 1991, comprobando en persona como se ensamblan las piezas en cada fase de su manufactura. Por si fuera poco, la reina Isabel ha conservado además la colección de bolsos de su madre, con lo cual cuenta con más de un bolso distinto para cada día del año, aunque casi siempre parecen ser el mismo.

¿Pero qué hay dentro de los bolsos de Isabel II para que le sean tan necesarios? Mientras que en los viajes lleva una barra de labios de la marca Clarins, un espejito, una percha adhesiva para colgar el bolso bajo las mesas, una pluma e incluso un par de billetes de cinco libras para entregar en misa los domingos, cuando está en palacio, las enormes distancias entre unas salas y otras, hacen de su bolso un kit de emergencia permanente, en el que lleva sus gafas, un teléfono móvil y kleenex.

Pero el bolso le sirve -además- de comunicación no verbal con sus damas de compañía, ya que la Reina Isabel les indica si está cansada o si desea acabar una entrevista según lo coloque de un modo u otro, sin necesidad de mediar palabra. Y es que el lenguaje de la moda suele ser el código más complejo del protocolo y la vida social.

 

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