El pez grande se come al pequeño. Al menos en la industria de la perfumería y la moda. Tal es el caso de la marca creada por la ex directiva de moda, convertida en periodista del ramo, Linda Rodin.
Su marca acaba de ser engullida por la ballena Lauder, una de las multinacionales más potentes del mundo de la perfumería y la cosmética.
Linda, que hace tiempo cumplió los 60, sigue siendo un ejemplo real de elegancia y “business savvy”. Tras años gestionando una famosa boutique multimarca en Nueva York, se pasó al “otro lado”, a la prensa, donde escribía sobre moda. Hasta que se convirtió en una exitosa estilista free-lance.
Rodin, independiente, carismática y decidida, es de las que tarda poco en arreglarse. Maquinando con perfumes, aceites y maneras de sentirse bien, se acabó inventando -casi por casualidad- una mezcla de aceites que denominó “Olio Lusso”. Buscaba algo sencillo y apetecible. Y lo encontró tras dos años de alquimista en su propia cocina.
En 7 años, su Olio Lusso se ha hecho famoso en el mercado, con una clientela y una distribución impresionantes.
El gigante Estée Lauder Cos. Inc. ávido de creatividad y colecciones exclusivas, ha comprado hace poco Le Labo -los sofisticados perfumistas- y ahora se ha quedado con la marca Rodin, por una cantidad no conocida por el momento.
A Lauder le ocurre con L’oreal lo que a Kering con LVMH: han entablado una lucha de poder, un juego de cartas y compran para ampliar pero también para que su competencia no pueda hacerlo.
Fabrizio Freda, el actual CEO de Lauder, está feliz con la adquisición, una marca sencilla y sofisticada a la vez, que ofrece aceites para cuerpo y cara, crema de manos, perfumes, jabón, velas e incluso productos para el cabello. Rodin se convertirá ahora en una marca global más potente. ¿Tendrán la inteligencia de seguir contando con las ideas de Linda?
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