Los chinos buscan tener lo más de todos los campos, también en la moda, la decoración y la arquitectura. Es así como desde hace unos meses, el segundo edificio más alto del mundo en Shanghai.
Se trata de una torre de 632 metros y 127 pisos, que se convertirá en la construcción más alta de China y en la segunda del mundo, tras el Burj Khalifa de Dubai, que es de 829 metros de altura y consta de 163 pisos. Teniendo en cuenta que la torre Eiffel mide 300 metros y el One World Trade Center unos 540 metros de altura, los 632 metros de la Torre de Shanghai son una medida extremadamente sobresaliente.
La construcción del Shanghai Tower comenzó en 2008 a cargo del famoso estudio de arquitectos internacional Gensler. Se encuentra en el distrito financiero de Lujiazui, una zona de Shanghái, constituida por una península creada por un meandro del Rio Huangpu que desde el principio de los 90, se ha convertido en el nuevo distrito financiero de Shanghái, frente al antiguo distrito financiero del Bund.
En Lujiazui, que significa “Desembocadura del rio Lu”, hay una cuarentena de edificios altos, de unas 30 plantas, que son la sede de quinientas instituciones financieras chinas e internacionales. El skyline de Lujiazui se ha convertido en reclamo turístico de la ciudad en el resto del mundo.
El Shanghai Tower contiene una multitud de áreas con diferentes funciones. En la zona más cercana a la base, proliferan espacios comerciales, restaurantes y zonas de reunión amplias. Más arriba se encuentra un hotel y una zona adicional de boutiques. Arriba del todo está un observatorio con vistas privilegiadas.
imagen © connie zhou
El edificio incluye más de 100 ascensores, 3 de los cuales son los de más alta velocidad del mundo, ya que van a 18 metros por segundo. Cuenta con avanzados sistemas de ahorro de energía y paisajismo integrado, aunque quizás lo más curioso sea su doble “piel”, una duplicada estructura de cristal que aisla y protege más la torre del frío y el calor.
imagen © connie zhou
Las esquinas redondeadas del edificio son las más adecuadas para reducir el impacto del viento intenso en la zona, mientras que ha servido para ahorrar materiales de construcción a su vez. Y el uso del cristal minimiza la necesidad de iluminación interior.
video de Gensler
Otros temas María Luisa Funesel