Las plataformas de yute XXL son la perfecta combinación española de origen medieval: calzado campesino andaluz o mediterráneo conjugado con chopines italianos aristocráticos.
La exitosa tendencia que hace furor en las pasarelas, conjuga la altura de los chopines medievales de Venecia con el esparto del modesto calzado tradicional del Mediterráneo.
El yute, un material ligero y de buen precio, se lleva usando en la creación de alpargatas mucho tiempo, aunque durante siglos se utilizaba el esparto para hacerlas.
Tradicionalmente, las esparteñas (su nombre proviene del esparto, y de la palabra del latín «spartum», previamente del griego «σπαρτον» o spárton. El esparto lo utilizaron primero los egipcios, pero su calzado era más parecido a la sandalia actual que a nuestra alpargata. Los griegos y romanos les pusieron cuero y tiras, pero la estructura plana de yute o esparto cosida a una horma de lona de algodón fue un invento de la Península Ibérica. Los primeros vestigios encontrados son de hace 4000 años, según demuestran los modelos encontrados en Albuñol, Granada.
Inicialmente, la utilizaban tanto hombres como mujeres en el Pirineo y el Suroeste español. En el norte, habitualmente atadas al tobillo, mientras que en el sur a menudo sin cintas.
En los años 40 y 50, actrices como Lauren Bacall o Grace Kelly popularizaron las alpargatas de esparto en los Estados Unidos y les dieron un toque de “glamour”. Pero fue en los 70 cuando Yves Saint Laurent las integró en sus colecciones, en su versión con cuña, catapultándolas para siempre en la esfera de la moda global.
Las plataformas, por otra parte, tienen su antecesor en los chopines, zuecos o sobre-zapatos de madera de 15 a 50 centímetros de alto, que desde el final del Medievo utilizaban las aristócratas venecianas para recorrer la ciudad cuando había “Acqua Alta”. Inmediatamente se pusieron de moda en España y en el Renacimiento se convirtieron en un accesorio de lujo, ya que se suponía que cualquier mujer que los llevase necesitaba un par de asistentes para ponérselos y la compañía de un lacayo para andar por la calle.
Pero los chopines españoles del siglo XV aún no tenían una plataforma en yute, sino que utilizaban el corcho, un material ligero y cómodo. En aquella época, la mayor parte de la producción de corcho en España se dedicaba a la elaboración de chopines. La base de corcho se cubría después con materiales ricos y curiosos: se adornaba con joyas, piezas brillantes, metales, iniciales o bordados.
Ahora, la mezcla de plataforma y esparto comienza a ser una formula de éxito no solo vendida en España. Francia e Italia se han sumado al carro y los países anglosajones van detrás. España es un importante fabricante de este tipo de alpargata con plataforma XXL, de una altura que supera los 12 centímetros habitualmente. Y Bangladesh se ha convertido en el mayor fabricante mundial de suelas de yute.
En las colecciones de verano de 2016, ya no son únicamente los tradicionales Saint Laurent o Castañer quienes las presentan: incluso casas de moda más sofisticadas, las han adoptado, pues la alpargata es ya un básico del guardarropa global, que aporta comodidad y naturalidad en un producto fácilmente biodegradable al 95%.
Es así como Lanvin, Jimmy Choo o Valentino, presentan sus propios modelos fabricados en España, aunque las pequeñas marcas centenarias de nuestro país siguen siendo las más legitimadas del sector en el mundo (Casa Vega, Casa Crespo, Lobo, ó más reciente pero muy extendida, Castañer).
Las plataformas extra-large de esparto se convierten en sandalias con hebillas, zuecos abiertos por detrás, zapatillas de deporte o modelos tipo Mary Jane. Este invento español está triunfando en las pasarelas más sofisticadas y apropiándose de los guardarropas de las fashionistas de los 5 continentes.