Mañana comienza en Londres una exposición sobre los “90 años de estilo del guardarropa de la Reina de Inglaterra”. Se trata de una iniciativa organizada en Buckingham Palace, con la intención de popularizar a la monarca británica y añadir alicientes turísticos a la ciudad del Támesis.
Desde el 23 de agosto y hasta el final de agosto, los visitantes podrán admirar algunas de las prendas más simbólicas de la Reina Isabel, que si bien representan ocasiones históricas, distan mucho de tener un estilo admirable.
Con motivo de su 90 cumpleaños, tres exposiciones de ropa tendrán lugar. 150 vestidos llevados por Isabel II desde su nacimiento hasta el presente se exhibirán. La Reina de Inglaterra ha tenido unos costureros -quizás no destacables- pero siempre británicos, y ha impulsado la moda y los talleres de su país.
Sir Norman Hartnell, Sir Hardy Amies, Ian Thomas y ahora Angela Kelly, su “vestidora personal” desde 1994, han vestido durante décadas sucesivas a una de las mujeres más famosas y fotografiadas del mundo.
El vestido de novia de la entonces princesa Isabel, a cargo de Sir Norman Hartnell, se hizo en duchesse satin color marfil, con perlas importadas de América, bordados, hilo de plata y pedrería. Se recaudó dinero entre los ingleses para encargar el vestido con los mejores materiales, una brillante idea de la Reina Madre para no soliviantar a su pueblo en 1947, un momento de enorme escasez.
Pero la verdad es que su vestido de Coronación, elaborado en 1953, era un modelo muy parecido, a cargo del mismo autor, Hartnell.
Los vestidos de colores, utilizados a propósito para ser visible en grandes ocasiones, y 52 sombreros, forman parte de la exposición.
Angela Kelly es actualmente la responsable del vestuario de la Reina, ideando y materializando nuevas prendas, así como reciclando otras piezas para que se vuelvan a usar.
Está claro que la Reina Isabel II no escatima esfuerzos para impulsar el turismo y la industria de la moda de su país, todo un ejemplo. Incluso aunque su guardarropa no sea espectacular ni interesante. La intención es lo que cuenta.
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