La duquesa de Cambridge espera su segundo hijo para abril. Y en tal trance, luce más “Real” que nunca. No es coincidencia: en las dos ocasiones en las que Kate Middleton ha estado embarazada, ha sido cuando ha llevado los atuendos más apropiados y favorecedores, algo difícil de conseguir. Ahora se aprecia también el fruto de las reprimendas que -según comentaba la prensa inglesa- Kate habría recibido de la Reina de Inglaterra.
Contaban que hace un año la Reina Isabel pidió a Kate que cortara su extremadamente larga melena, poco propia de una futura reina y que le sugirió alargar sus faldas, que en varias ocasiones ya han dado la vuelta al mundo por descubrir un derrière en muy buen estado.
Pero la gota que colmó el vaso fue el bonito collar de Zara de 30 euros que Kate llevó a la première en Londres de la película sobre Mandela. La Reina Isabel, propietaria de uno de los mejores joyeros del mundo, se escandalizó al ver que su nieta-nuera lucía una sencilla obra de 30 euros de la casa española: suponía la patada de vuelta por la batalla de Trafalgar.
Katherine modificó muy ligeramente su peinado, sus vestidos y sus joyas. Pero solo ligeramente.
Ha sido ahora, en su último viaje a Estados Unidos junto al Príncipe Guillermo, cuando se han visto los frutos de los consejos de la Reina, traducidos en nuevos aciertos.
1. Vestidos más largos y con menos vuelo
En su visita al Empire State, la duquesa eligió para esta ocasión un vestido de Séraphine, una marca británica de ropa premamá con mucho estilo. Cuando está embarazada, Kate elige vestidos con menos vuelo, a prueba de vendaval. El modelo de Séraphine destacó por ser uno de los más largos que le hemos visto en todos estos años, aunque siempre por encima de la rodilla. Del mismo modo, cambió su bisutería por un elegante collar de Cartier de estilo años 70.
2. Un peinado más cuidado y joyas de verdad
En la cena de gala benéfica en el MET, Kate lució un discreto vestido de Jenny Packham en azul petróleo con media manga, top drapeado y falda con capas de muselina.
Había llevado el mismo modelo a una gala en el National Portrait Gallery de Londres hace meses, pero en esta ocasión iba mucho más “real”, al llevar un sencillo recogido en vez del pelo suelto. Además eligió unos lucidos pendientes de brillantes y esmeraldas.
3. Abrigos sencillos y bien cortados
Acompañada por Chrilane McCray, la esposa del alcalde de Nueva York, Kate visitó un centro de atención a menores en Harlem. Volvió a acertar con otro abrigo, en este caso un modelo de cashmere de la marca británica “Goat”, con trabillas contrastadas en beige, acompañado de guantes, un clutch de ante negro de Stuart Weitzman para Russell and Bromley y zapatos de salón de Episode.
En su visita al Museo del Memorial del 11-S la duquesa llevaba un elegante abrigo de lana rosa de Mulberry, otra firma británica, aunque el tono quizás no era el ideal para la visita y la combinación con el color negro era algo dura.
La duquesa decidió dar un guiño a la moda local, eligiendo un abrigo tres cuartos de Tory Burch para acudir a un partido de la NBA, donde saludaron a Beyoncé y Lebron James entre otros. Una pena que los leggings negros, aunque muy tapados, destruyeran el efecto “royal” que tanto estaba buscando.
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