El elegante modisto norteamericano ha muerto a los 92 años en Los Ángeles
Sólo seis meses después de la desaparición de la que su fan número uno, Nancy Reagan, ha muerto el modisto James Galanos. Uno de los escogidos entre las señoras de la alta sociedad californiana de la segunda mitad del siglo XX, rivalizó con creadores como Adolfo, Oscar de la Renta o Bill Blass. Pero lo más significativo de su carrera fueron sus vestidos para los actos oficiales de la primera dama estadounidense entre 1981 y 1989.
James Galanos, que había nacido un 20 de septiembre de 1924 en Philadelphia, vivió su infancia rodeado de sus tres hermanas y sus padres, inmigrantes de origen griego. Las primeras ideas sobre diseño y elegancia, las obtuvo observando con atención a las clientas del restaurante que su padre abrió años más tarde en Nueva Jersey.
Solitario, curioso y creativo, Galanos no empezó cosiendo, sino dibujando con fruición. Se apuntó a una escuela de moda en Manhattan, si bien pronto comprendió que para seguir evolucionando necesitaba entrar de lleno en una casa de modas.
Tras un infructuoso paso por el estudio de Hattie Carnegie, comenzó a diseñar para el matrimonio Lesavoy, una pareja de Los Ángeles que intentó crear su propia marca sin éxito. Después de un breve paso por los talleres de Columbia Pictures, los Lesavoy le ayudaron a trasladarse a París, donde entró en la casa de costura de Robert Piguet, con la compañía de “aprendices” de la talla de Pierre Balmain, Hubert de Givenchy o Marc Bohan. En 1952, y de vuelta en Los Ángeles, creó su propia marca, cautivando de inmediato al propietario de los grandes almacenes Neiman Marcus.
Con el apoyo de Diana Vreeland y a cargo del vestuario de algunas estrellas de cine de la talla de Judy Garland o Rosalind Russell, el nombre de Galanos se hizo de oro. Su taller solo podía compararse en calidad con los de la alta costura parisina, si bien -muy americano- él ofrecía muchas de sus prendas en el novedoso prêt-à-porter.
Sus modelos no estaban hechos para ir a trabajar a una oficina, sino para el disfrute de su exquisita clientela. “Diseño prendas para un grupo muy limitado de personas”, solía decir. Y es que sus piezas superaban en precio a casi toda su competencia. Elizabeth Taylor, Jackie Kennedy, Grace Kelly, Barbara Walters, Gloria Vanderbilt o Ali MacGraw, estuvieron entre sus clientas, aunque fue Nancy Reagan, la que más le impulsó, eligiendo sus vestidos para la cena de gala de la inauguración del primer mandato de su marido en 1881 y para sus cenas de Estado más importantes.
Poco después e la marcha de los Reagan de la Casa Blanca, Galanos decidió retirarse, dedicándose a una recién estrenada carrera como fotógrafo. Sus colecciones comenzarán ahora a cotizarse con más fuerza en las tiendas vintage de todo el mundo y a buen seguro disfrutaremos de exposiciones retrospectivas de su obra.
Otros temas María Luisa Funesel