Fundada en 1938, Knoll era y es un fabricante mundial de muebles de oficinas dedicadas a la excelencia en el diseño de interiores.
Knolls comercializaba ya hace décadas diseños clásicos de la arquitectura moderna.
Los muebles de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial estaban ideados por Florence Knoll, que dirigió la compañía del 1953 al 1965, Los grandes diseñadores internacionales, como Gae Aulenti , Richard Meier, Ettore Sottsass o Frank Gehry le encargaban sus obras de interiorismo y mobiliario.
Knoll trabajaba con Ludwig Mies van der Rohe, Harry Bertoia, Maya Lin o Eero Saarinen.
Pero todo ello fue en parte por la buena labor de Florence Marguerite Schust, más tarde convertida en Florence Knoll.
Hans Knoll emigró a USA tras varios años en Europa, tabajando con Jens Risom o Jensen. Años más tarde, tras casarse con Florence en 1946, montó Knoll Associates en Madison Avenue, Nueva York. Tras la muerte de Hans en un accidente de coche en 1953, Florence siguió su estela.
“No soy una decoradora”, se quejaba Florence en su trabajo. “cuando decoro es que estoy en mi casa”. Florence, que era no solo creadora sino detectora de buenos artistas, prefería dejar su faceta profesional limpia de influencias. La producción de los muebles más singulares del siglo XX tuvo lugar en Knoll bajo la atenta batuta de Florence. Ella, que revolucionó el mundo del diseño y decoró las principales oficinas norteamericanas hasta los años 70, acabó construyendo un imperio que dio voz y luz a los grandes diseñadores del siglo.
Perefeccionista e intuitiva, Florence Knoll superó a su marido en modernidad y funcionalidad. Consciente de que buen diseño es un buen negocio, Florence lideró el sector del mobiliario de diseño en el siglo XX.
Y aún hoy, desde el más allá, sigue siendo el alma de las mejores piezas de un siglo pasado que supera por ahora al siglo XXI en cuanto a diseño.