Un sillón en raya diplomática o un sofá en espiguilla. Una de las últimas tendencias decorativas es utilizar telas de sastrería masculina al tapizar sillones, sillas y sofás.
Aunque pueda parecer muy novedoso, era práctica habitual en el Reino Unido hace décadas a la hora de vestir salones en clubs privados o salas acogedoras en casas de postín.
Recrear los ambientes masculinos de la Inglaterra decimonónica o dar calidez a salones de lectura o juego, suele ser una de las motivaciones para usar materiales propios de la sastrería masculina tradicional.
Pero cualquier excusa es buena para rematar una pieza de mobiliario con el carácter y el estilo de las telas de sastre.
De hecho, los muebles de inspiración danesa de los años 60 y 70, tan de moda actualmente en las casas y oficinas más vanguardistas, también adquieren una pátina masculina si se acompañan de estos tejidos.
Incluso los dormitorios pueden cobrar un nuevo aire con estas telas intemporales.
Tweeds, cuadros de inspiración escocesa, ojo de perdiz o pana pasan directamente de Savile Row a las casas y salones particulares. Como en tantas otras ocasiones, se trata de reinterpretar las cosas desde otro ángulo. Un acierto.
Otros temas María Luisa Funesel