David Beckham acaba de ser nombrado presidente-embajador del British Fashion Council, BFC, un papel que recientemente se pensaba podría asignarse a Anna Wintour si se produce su salida de Vogue y Conde Nast en verano.
Beckham, que tendrá un puesto más honorífico que ejecutivo ya que se nombró la semana pasada a Stephanie Phair como directora de la institución de moda británica, utilizará sus contactos internacionales y su encanto personal para apoyar a los nuevos valores de la moda británica.
El rol de David tendrá como foco especialmente a los Estados Unidos, país que conoce y donde ha vivido, y Asia, un mercado potente que reconoce como líderes de opinión a los futbolistas de renombre.
Entre los nuevos proyectos también estará el de impulsar la formación sobre moda en distintos sentidos para desarrollar el potencial del Reino Unido como factotum en un sector en el que ha ido siempre a la cola.
Beckham es propietario de una parte de la marca de ropa para ellos Kent & Curwen y apoya a Victoria en todas sus iniciativas.
Ahora que se puede aproximar el Brexit, el Reino Unido impulsa la moda con la ayuda de Kate Middleton, Meghan Markle e incluso la Reina Isabel, que acudió a un desfile y premió al diseñador en la última semana de la moda de Londres. Ahora, el British Fashion Council apoya a su CEO, Caroline Rush, con una ejecutiva y con una estrella de la talla de Beckham. Desde luego, en la ciudad del Támesis, están poniendo toda la carne en el asador.
