La fabulosa arquitecta iraquí, Zaha Hadid, ha muerto en Miami a los 65 años. Se encontraba internada en un hospital por una bronquitis aguda cuando ha sufrido un ataque al corazón.
Zaha Hadid, nacionalizada británica, ha sido una de las arquitectas más premiadas e insignes hasta la fecha, y la única en haber recibido la Medalla de Oro Real RIBA -Royal Institute of British Architects- en Londres.
La genial Hadid deja atrás una carrera plagada de éxitos ideando edificios, muebles e incluso artículos de moda y automóviles. Su prestigio consiguió posicionarla como la mejor arquitecta actual, si bien estas distinciones entre “ellos y ellas” resultan ridículas cuando se trata de valorar y alabar la inteligencia. Zaha Hadid había nacido e Baghdad en 1950. Estudió matemáticas en la universidad americana de Beirut y más tarde se trasladó a Londres donde comenzó su carrera de arquitectura.
Montó su propio estudio en Londres en 1979, recibiendo encargos de proyectos muy interesantes con bastante rapidez. Sus proyectos se pueden disfrutar distribuidos en las ciudades de países de todo el mundo, desde la Opera House de Guangzhou en China hasta el Heydar Alieyev Centre en Baku. Hamid recibió el premio Pritzker en 2004, el “nobel” de la arquitectura y fue condecorada con las máximas distinciones en Francia y Japón.
Es una enorme pérdida por cuanto ha representado la inteligencia y la creatividad de esta iraquí que ha sabido derribar fronteras y prejuicios.
