El decano de la moda, Karl Lagerfeld celebra su 50 aniversario en Fendi
Anna, Paola, Alda, Franca y Carla. Las cinco hijas del matrimonio Fendi, han confiado la creatividad de su casa al famoso káiser Lagerfeld durante ya medio siglo.
La pequeña boutique de peletería y accesorios en piel de Edoardo y Adele Fendi, abrió en 1925 en Roma, en la Via del Plebiscito, la continuación del Corso Vittorio Emanuele II. En 1946, a la muerte de Edoardo, sus cinco hijas se hicieron cargo del pequeño negocio, repartiendo las tareas entre ellas de modo práctico.
Años más tarce y con la sabiduría del buen empresario, otros 20 años más tarde, decidieron contar con la ayuda de Karl Lagerfeld para la peletería y el ready-to-wear, mientras que ellas seguían a cargo del diseño de bolsos y accesorios, la gestión de la tienda, los talleres y la promoción de la marca.
Fruto de esta unión son el logo de Fendi con dos efes enfrentadas, el bolso tipo baguette, las colecciones de pasarela y una gran empresa, ahora mayoritariamente en manos de LVMH.
Karl Otto Lagerfeld, que nació hace ya 82 años en Hamburgo, se había marchado a París a estudiar moda en 1953; dos años más tarde ganó a través del Secretariado Internacional de la Lana unas prácticas en Balmain.
Ya en Fendi, su permanente búsqueda de lo nuevo, lo bello y lo transgresor, le hicieron adquirir responsabilidades en otras casas. Fue así como comenzó a crear las colecciones también para Chloé, donde permaneció varias décadas como director creativo mientras impulsaba la creación de su propia marca.
Pero fue sin duda su estupenda labor en Chanel la que destapó la caja de los truenos de su brillantez. En 1983, los propietarios de Chanel, pidieron a Lagerfeld que se hiciera cargo de la dirección creativa de la casa, ya que las ventas y la imagen de la marca iban en descenso desde la muerte de Coco en 1971.
Iniciaron impulsando lo que los Wertheimer mejor conocían, nuevos perfumes. Poco a poco, Karl fue dando una segunda vida a la gran casa francesa hasta volver a convertirla en estrella.
La actividad de Karl Lagerfeld como fotógrafo también le ha situado por encima de su competencia, mostrando las infinitas capacidades de hombre de renacimiento que posee. Ha colaborado de modo ocasional con creaciones para H&M o Vuitton, entre otras marcas.
No obstante, puede que el verdadero secreto del éxito de Karl haya sido crear su aura propia, algo que le ha convertido en icono e incluso en emoticono. Como buen camaleón, Lagerfeld ha cambiado drásticamente a través de los años. Desde sus incios de gimnasta con tableta de chocolate, pasó a las grandes túnicas y pequeños abanicos que llevaba cuando pesaba 120 kilos.
Y de repente la larva se convirtió en crisálida y perdió casi 40 kilos para poder enfundarse los pantalones pitillo de Slimane para Dior.
Ahora, sus cuellos blancos sobredimensionados, los pantalones estrechos con botines, las omnipresentes gafas, mitones y coleta blanca empolvada se han hecho un mito. Este snob, excéntrico, persistente e individualista, ha dicho que no teme trabajar con firmas low-cost –como H&M- porque no pueden manchar su imagen.
Y es que está muy seguro de su superioridad. Ahora, un dvd celebra su 50 aniversario con Fendi, engrandeciendo aún más la figura del káiser de la moda. “Fendi by Karl Lagerfeld”.
Otros temas María Luisa Funesel