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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Con chándal y tacones

El “Arreglá pero informal” de los 80, vuelve a la actualidad entre las influencers

María Luisa Funesel

“Con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal, domingo por la mañana … me voy “pal” hiper” cantaba Martirio en los 80, en unas sevillanas ideadas con gran tino junto a Kiko Veneno, que reflejaban de modo fidedigno el modus vivendi de algunas amas de casa de barrio y de alguna tonadillera afín:  los fines de semanas no perdonaban la visita al hipermercado mientras el marido repostaba el coche en la gasolinera de al lado y cambiaba el aceite. Pero aquello que quedó ridiculizado durante décadas, se ha vuelto a poner de moda entre influencers de primer nivel.

El confinamiento de la primavera pasada trajo de vuelta la comodidad y dio lugar al “workleisure”, esa mezcla de estilos entre correcto y chandalero. Y como por arte de birlebirloque, la desenfrenada búsqueda de novedades por parte de muchas influencers degenera ahora en una vuelta al “con chandal y tacones”, a ese “arreglá pero informáh” que cantaba Martirio. Otra pirueta de la moda, siempre traviesa y osada, que hubiera sido inimaginable hace una década.

La tendencia comenzó tímidamente allá por 2017, cuando la exitosa Emily Ratajkowski lució un chandal azul de corte escolar con una camiseta tipo bikini cortada bajo el pecho, el ombligo al aire y unos botines blancos de punta y tacón de aguja de pesadilla. En el mismo año, ya se sumó, Gigi Hadid, siempre buscando la foto para seguir liderando el “candelabro”, claro que la versión de Gigi fue mucho más acertada y favorecedora. 

Pero fue en 2019 cuando la cosa se puso seria; justo cuando parecía que la tendencia se había difuminado, la reina de la moda del mal gusto – bueno, una de ellas – Rihanna, escogió para pasear por los aeropuertos del mundo un chandal ancho y gris, sin forma aparente, con unos tacones brilli-brilli y un bolso de Dior. Siguió la estela de la cantante de Barbados la actriz Katie Holmes, que a falta de películas en cartera, cobra por salir a la calle con esto y lo otro.

La única que fue capaz de mejorar el estilismo de chandal y tacones fue Rosie Huntington Whiteley, que le dio un toque distinto, conjugando chandal ceñido con sandalias de tiras.

Rosie Huntington

Bella Hadid no dudó copiar de modo más burdo el estilismo de Rosie Huntington Whiteley, la única llegado a gustar de veras con este tipo de atuendo, si bien ha sido recientemente superada por la influencer y estilista nórdica Emili Sindlev.

Este otoño, el estilismo del “arreglá pero informáh” de Martirio ha cundido y se ha multiplicado a ambos lados del charco.

Emili Sindlev

De repente desde la casa parisina Chloé hasta la marca de las gemelas Olsen, The Row, y desde Bottega Veneta hasta el mismísimo Tom Ford, todos han ideado y presentado conjuntos de chándal con tacones.

Tom Ford para Net-a-Porter

Claro que si bien los pantalones deportivos de Chloé están a la venta a la exigua cantidad de 710 euros, y los de chándal de The Row a 500 euros, quizás lo más razonable sea optar por los modelos de Mango a 29,90 euros o los ejemplares del mismo precio en Oysho. La moda, esa niña mimada y caprichosa, no deja de sorprendernos en su eterno carrusel de ida y vuelta. 

 

 

 

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