A la hora de decorar con un toque especial, no faltan clásicos del cine con estupendos escenarios decorativos con los que deleitarse. Ya sea para buscar un estilo propio, para observar la disposición de los espacios o los excelentes muebles elegidos, estas son algunas de las películas que no tienen desperdicio.
1. Annie Hall.
La ropa de Ralph Lauren, el calzado actual y el mobiliario de la casa Knoll de diseñadores de los años 50 y 60 reinan en una película de Woody y Diane Keaton con un estilismo de rabiosa actualidad, moderno y austero. Magnífico para decorar el salón o la oficina.
2. Parásitos.
Además de permitirnos comprobar que lo ruin del ser humano no se limita a la Península Ibérica, la oscarizada película coreana nos dejó el año pasado boquiabiertos con sus espacios limpios a varios niveles, sus divisiones de cristal y la vista de un sencillo pero apetecible jardín desde el gran salón. Lo mejor de la película.
3. Cuando menos te lo esperas.
La película protagonizada por Diane Keaton y Jack Nicholson muestra una maravillosa casa de los Hamptons con habitaciones que incluyen zona de escritura, un comedor y un salón acogedores y una cocina de libro, muy al estilo norteamericano.
4. Maria Antonieta.
En la película de Sofia Coppola, los decorados de boiseries sobredoradas, los suelos de marmol, el mobiliario de época y las bañeras exentas son tan sorprendentes y maravillosos como los atuendos de Maria Antonieta y los dulces hechos ex-profeso para la película por Ladurée. Un placer para los sentidos.
5. Hotel Budapest.
Las películas de Wes Anderson se caracterizan por darle una enorme importancia a la decoración de los lugares que recrea. Mezcla bien colores similares o, por el contrario, colores complementarios. Y lo mismo despliega mobiliaro sesentero entre paredes forradas de láminas de roble que se deleita con una parez celeste y un sofá de época. No nos puede gustar más esa locura, esa mezcla decorativa que no aburre ni se puede anticipar.
6. Memorias de África.
Regueros de tinta y miles de tiendas de decoración a través del mundo han replicado los espacios con los que la película protagonizada por Meryl Streep y Robert Redford nos deleitó. Los muebles en maderas oscuras, las telas étnicas, los sillones de mimbre y las paredes blancas nunca lucieron mejor juntos.
7. Desayuno con diamantes.
Cuando Holly Golightly – interpretada de modo brillante por una maravillosa Audrey Hepburn – recibe en casa, nunca hay punto medio. O está en camisa de dormir cuando ya son las 12 de la mañana o luce espléndida con un vestido largo de Givenchy en una fiesta tumultuosa. Y el caso es que el espacio es el mismo, un sencillo apartamento con cocina americana. Pero las paredes en un blanco magnolia, las celosías y la curiosa distribución de estanterías, cajas con función de mesa y de su bañera exenta partida por la mitad ejerciendo de sofá hacen de este espacio un universo onírico, fresco e intemporal.
8. Con la muerte en los talones.
La inquietante vivienda donde hacia el final de la película retienen a la elegantísima Eve- Marie Saint hasta que Cary Grant la rescata es una maravillosa representación del estilo de arquitectura orgánica liderado por Lloyd Wright. La combinación de piedra en algunos muros con madera, sillones de pieles exóticas y mesas bandeja de inspiración marroquí aporta una dinámica combinación de texturas, así como una elegante, curiosa y austera linea conductora.
9. La pantera rosa
El famoso chalet de Gstaad al que la princesa, interpretada por la Cardinale, llega para visitar a Sir Charles es un espacio acogedor con una gigantesca chimenea, enormes lámparas y una ristra de cómodos e intemporales sofás. Un 10 para una casa de vacaciones en invierno.
10. La Gran Belleza.
En La Gran Belleza lo más impresionante es la fotografía, esos espacios de Roma que paralizan por su fuerza y su perfección. La casa de Jeff, el protagonista, es en realidad parte de un hotel situado junto al Coliseo. La terraza, su frescor, sus plantas y su iluminación sostenida, un ejemplo para dar carácter a los espacios exteriores.
11. Frente al mar
La famosa ex pareja formada por Angelina Jolie y Brad Pitt filmó esta película un año después de su tardía boda. Aunque se suponía que estaban en el sur de Francia, el estilo más frío cargado de mármol y azulejos, con una cierta dejadez y algo destartalado, reflejaba que se encontraban en un pequeño palazzo en Gozo, una isla del archipiélago de Malta. Clase sin esfuerzo. Una decoración que vive de las rentas y no pasa.
12. Un hombre soltero.
Como el que tiene sensibilidad para la belleza en la moda, la suele tener en la decoración o la disposición de espacios, Tom Ford bordó la puesta en escena de su película “Un hombre soltero”. La casa del personaje interpretado por Julianne Moore, decorada de modo ecléctico pero muy elegante, es obra de John Lautner. Edificada a finales de los años 40 en Glendale, Los Ángeles, incluye toda la modernidad de las dos décadas siguientes.
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