1. Los decretos. ¿Una marcha por decreto? Sí, ayer, para homenajear a quien miraba desde el cielo, se retiró una que sonaba más o menos por eso, pero no, no van por ahí los tiros. Hay una marcha que tiene que ser de una determinada forma porque así lo dicen las leyes, y que hay quien interpreta de la forma que no se dice. ¿Cuál?Suena todos los días.
2. A repetir. Por el bien de todos, de los oídos y de los fondos que se beneficiarán con la venta, deberían coger el guante los músicos de la Banda Sinfónica del Círculo y repetir experiencia, con nuevo repertorio, para el año que viene, esté quien esté. Tantos parabienes de los mejores paladares no deberían quedarse en sueños inalcanzables.
3. Hostilidades. ¿Críticos allí y oficialistas allá? Más o menos. Hubo cofrades que acudieron ayer para honrar a quien recibía una distinción más que merecida, pero que había nacido de aquellos a quienes no hacía tantas lunas soñaban con poner en lo ancho de la calle. Se ve que ni eso sirve para frenar hostilidades.
4. La incógnita. El segundo gran misterio de la Cuaresma, después del de gris perla que siempre sale más abajo, es el donante. Por copas y corrillos se van haciendo cábalas y quinielas de quién ha podido costear la espléndida saya que ha devuelto a la Virgen de los Dolores con la estampa romántica que nunca ha perdido.
5. Cuentas de víspera. Hasta el loro está notando la víspera, y ya cuenta las horas que faltan. Por eso hoy, cuando haya quien quiera disfrutar del sol junto a él, les contará que faltan seis días para ver su Via Crucis y once para que su calle se ponga de bote en bote esperando ver salir a su cofradía.
Semana Santa
